El rendimiento del bono griego a dos años sobrepasó la barrera de 10% en medio de crecientes tensiones por el próximo tramo del programa de ayuda financiera.
La tasa de los papeles con fecha de vencimiento para 2019 aumentó ayer 70 puntos base, llegando a 10,06%.
Los títulos de deuda superaron esta marca por primera vez desde septiembre, en medio de complicadas negociaciones para la aprobación de ayuda financiera por 86.000 millones de euros, sin la cual Grecia se quedaría sin liquidez en cosa de meses.
Y mientras que las calles de Atenas están sumergidas en masivas protestas en contra de las medidas de austeridad -con las autoridades griegas tratando de bajar las demandas europeas- sus acreedores no pueden llegar a acuerdo.
Los países de la Unión Europea exigen la participación del Fondo Monetario Internacional para aprobar el tramo de ayuda, mientras que la institución señala que las exigencias de los acreedores de 3,5% de superávit presupuestario son inalcanzables, insistiendo, además, en un alivio a la deuda griega.
Sin embargo, las autoridades nacionales parecen firmes en su postura: ayer, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, dijo que Grecia tendrá que abandonar la zona euro para recibir el alivio de su deuda. En el mismo tono se pronunció Klaus Regling, director de operaciones del Mecanismo Europeo de Estabilidad. La institución no hubiera entregado 174.000 millones de euros “si no hubiera pensando que recibiría este dinero de vuelta”, afirmó, señalando que la solución no es el recorte de deuda, sino aplicar reformas. La decisión final debe estar acordada antes de la reunión de ministros de Finanzas de la eurozona el 20 de febrero.
