Tras caer en default, economía argentina queda sumida en la incertidumbre
Expertos coinciden en que la cesación de pagos debería resolverse rápidamente y que no tendrá impacto en el exterior.
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A un día de que Argentina no lograra un acuerdo con los acreedores de su deuda que no se acogieron a los canjes de 2005 y 2010 (los llamados holdouts), los expertos comenzaron a sopesar el impacto del segundo default del país en trece años.
El juez del distrito de Nueva York que lleva el caso, Thomas Griesa, convocó a una audiencia judicial para hoy. La decisión la tomó luego de que Bank of New York Mellon, que maneja una parte clave de los bonos reestructurados de la deuda argentina, emitiera un comunicado a los acreedores informándoles que no les pagará los US$ 539 millones del vencimiento del 30 de junio porque esos fondos “están sujetos a una orden de la corte”.
Esa fue la primera notificación formal de que Buenos Aires entró en estado de cesación de pagos. Argentina depositó los fondos, pero el pago fue congelado por Griesa hasta que la nación le pague a los holdouts.
El segundo golpe del día provino de la agencia Fitch, que rebajó la calificación de Argentina desde CC a RD, o default restringido. Con esto, se sumó a Standard & Poor’s, que el miércoles recortó el rating del país a default selectivo, aún antes de que terminaran las negociaciones.
Diferente a 2001
Según analistas, incluso si el default se resuelve rápido incrementaría los costos de endeudamiento de las empresas locales, colocando mayor presión en el peso argentino, haciendo caer las reservas y elevando aún más una de las tasas de inflación más altas del mundo.
Sin embargo, aclaran que la crisis actual es muy distinta a la última crisis que enfrentó la nación en 2001, cuando la economía colapsó, los bancos decretaron un congelamiento parcial de los depósitos –lo que se conoció como corralito- y millones de argentinos perdieron sus empleos.
“Este es un default muy particular, no hay problemas de solvencia, de modo que todo depende de cuán rápido se puede resolver”, dijo a Reuters el analista de Goldman Sachs, Mauro Roca.
Argentina se negó a cumplir con el veredicto del juez Griesa porque al hacerlo se disparaba la cláusula RUFO, que establece que si el gobierno llega a un acuerdo de forma voluntaria con los holdouts debe ofrecer las mismas condiciones a los tenedores de deuda reestructurada en 2005 y 2010.
Por eso, Bulltick Capital Markets espera que el gobierno espere hasta que la cláusula expire, a fines de este año, para llegar a acuerdo con los fondos de cobertura.
“Nuestro escenario base es que el default se resolverá a enero de 2015”, aseguró a Reuters el socio de Bulltick Capital Markets, Alberto Bernal. “Argentina necesita el dinero, necesita volver a los mercados, y los holdouts quieren que se les pague”, afirmó a Bloomberg.
Según sus cálculos, el default hará que la economía se contraiga 2% este año, frente a una estimación previa de una contracción de 1%.
Impacto externo
Los expertos prevén que el impago no generará una crisis financiera en el exterior, porque el país ha estado aislado de los mercados de crédito globales desde el default de 2001, por US$ 100 mil millones de deuda.
Argentina tiene una deuda reestructurada en moneda extranjera por US$ 35 mil millones, incluyendo US$ 8 mil millones bajo legislación local, mientras que sus reservas en moneda extranjera suman US$ 29 mil millones.
Hay “muy poco riesgo de contagio”, aseguró a Bloomberg el codirector de investigación económica global de Bank of America, Ethan Harris. Credit Suisse, por su parte, afirmó que el “default selectivo será probablemente un evento aislado con poco impacto regional o derrame global”.
Alemania, el mayor acreedor individual de Argentina, espera que el país “siga respetando sus compromisos con el club de París” de prestamistas soberanos, dijo ayer un vocero del Ministerio de Economía.
El portavoz aseguró que se habría realizado un pago inicial equivalente a US$ 650 millones, que fue transferido a los Estados acreedores el 28 de julio, y que Alemania espera que el próximo pago se realice a fines de mayo de 2015.
En el último año, Argentina había actuado para recuperar su posición ante los acreedores internacionales. Pagó US$ 5 mil millones en bonos del gobierno a la petrolera española Repsol para compensarla por nacionalizar a su unidad local, YPF. Asimismo, llegó a un acuerdo con el Club de París para pagar US$ 9.700 millones de deuda. Por último, había cambiado la metodología que usa para calcular la inflación, luego de ser presionado por el FMI.
“Gran parte de la buena voluntad y señales positivas que han surgido desde Buenos Aires se van a diluir”, afirmó a Bloomberg el analista de AllianceBernstein, Marco Santamaria.
Argentinos culpan al gobierno
Según una encuesta de la consultora Management & Fit, un alto porcentaje de los argentinos responsabiliza al gobierno por la caída en default. El sondeo se realizó a nivel nacional y unos días antes de que el país anunciara la falta de acuerdo con los holdouts. Ante la pregunta "si el país finalmente cae en default ¿a quién responsabilizaría más?", un 44,2% de los encuestados respondió que al gobierno argentino. Más atrás quedó el juez Thomas Griesa, quien falló a favor de los holdouts, con un 17,6%; mientras que un 18,1% indicó que la responsabilidad le compete a todas las partes. El sondeo mostró también que un 60,1% consideró en forma negativa las gestiones del gabinete de Cristina Fernández: un 31,6% la calificó como "regular", mientras que un 28,5% la consideró "mala". Un 34,2% tuvo una evaluación positiva de las negociaciones.