La economía alemana cerró en 2008 un ciclo de recuperación
que se había iniciado tres años atrás para entrar el último semestre en recesión
debido en parte a las repercusiones de la crisis económica internacional.
Así lo reflejan las cifras de crecimiento económico (PIB) de
2008, publicadas hoy por la
Oficina Federal de Estadística, según las cuales, el PIB
retrocedió ya en los tres últimos trimestres del año.
Alemania cerró el año con un crecimiento del 1,3 % gracias,
ante todo, al buen desempeño de la economía en el primer trimestre y después
del fuerte debilitamiento experimentado en la segunda mitad del año.
El resultado quedó por debajo del pronóstico del gobierno,
que esperaba un crecimiento del 1,7 %, y fue claramente inferior a los
resultados de 2006 -cuando el PIB alemán subió un 3,0 %- y de 2007, cuando hubo
un crecimiento del 2,5 %.
Aunque antes de que estallase la crisis financiera algunos
expertos habían pronosticado una ralentización de la economía, fueron en buena
parte las turbulencias internacionales las que detuvieron bruscamente lo que
para muchos ya parecía el comienzo de un segundo milagro alemán.
El desempleo, en los tres años de bonanza, estuvo
disminuyendo al igual que el déficit y el gobierno había llegado incluso a
fijarse como meta el logro de un presupuesto equilibrado para 2010 o 2011.
Sin embargo, la crisis financiera internacional ha llevado a
que el gobierno no sólo abandone la ilusión de un presupuesto equilibrado sino
que presente un gigantesco programa de impulso a la coyuntura que producirá un
crecimiento del déficit en los próximos dos años.