Alza del petróleo vuelve a encender la llama del descontento social
Para 2020, los subisidios a las gasolinas subirían a US$ 600 mil millones, el 0,7% del PIB global. Según el FMI, un 80% de los beneficios se van al 40% más rico.
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Por Isabel Ramos Jeldres
El alza de los precios del petróleo, que bordean niveles récord, está provocando un aumento del descontento social. Las protestas violentas se han sucedido, especialmente en los países que aplicaban subsidios a los combustibles, y hoy los están reduciendo para sincerar los verdaderos costos del crudo, como Nigeria, Indonesia, Nepal y Filipinas.
En Nigeria, el presidente Goodluck Jonathan quitó los subsidios a los combustibles en enero, lo que duplicó los precios y provocó una reacción explosiva. Las protestas se extendieron por una semana y paralizaron al país, y los trabajadores petroleros amenazaron con cerrar la producción de crudo del país. Como resultado, el presidente revirtió su decisión y decidió iniciar un proceso de reducción gradual.
En Filipinas, la Alianza de Organizaciones de Transporte Preocupadas se manifestó el 19 de marzo frente a las oficinas de Petron y Shell Filipinas en la Ciudad de Makati.
En Nepal, la Compañía Petrolera de Nepal subió los precios del petróleo el martes por tercera vez desde enero y las organizaciones ciudadanas temen que el alza se traspase al transporte público, lo que a su vez causaría un efecto cascada en los precios de los alimentos y otros commodities. En rechazo a la medida, la Unión Nacional de Estudiantes Libres de Nepal bloqueó el movimiento de vehículos del gobierno fuera de todos los campus universitarios, y amenazó con imponer un chakka jam (ocasionar congestión vehicular como protesta) por una hora diaria.
En Indonesia, miles de personas se reunieron en las afueras del Congreso el martes, mientras se debatía un alza de 33% a los precios de las gasolinas. Las autoridades desplegaron 22 mil efectivos policiales y personal militar en la capital, Yakarta, lo que causó un violento choque entre los manifestantes y la fuerza pública, que usó carros lanzaaguas y gases lacrimóginos.
Se revierten los subsidios
En la mayoría de estos casos, las protestas han estallado porque los gobiernos han retirado los subsidios. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), los subsidios al consumo de combustibles fósiles sumaron
US$ 409 mil millones en todo el mundo en 2010. Pero esa cifra podría elevarse a US$ 600 mil millones en 2020, lo que equivale a 0,7% del Producto Interno Bruto global.
En el caso de Indonesia, el valor del diesel y de la gasolina de bajo octanaje se elevará a 6.000 rupias
(US$ 0,65) por litro, desde 4.500 rupias, menos de la mitad de lo que cuesta en Chile. En 2011, el gobierno gastó
US$ 18 mil millones en subsidios a los combustibles.
De acuerdo con la AIE, los subsidios es dinero malgastado, ya que alientan el derroche, conducen a distorsiones, desalientan la eficiencia y mina la competitividad de alternativas renovables.
Los gobiernos de estos países argumentan que recurren a los subsidios para reducir la pobreza (en Indonesia la mitad de la población vive con US$ 2 al día), pero según el FMI un 80% de los beneficios de los subsidios al petróleo en 2009 favorecieron al 40% más rico de los hogares.
La mayoría de los miembros de la OPEP subsidia sus precios. Eso, según expertos, ha sido uno de los factores que ha impulsado el alza en la demanda en la última década. Citigroup asegura que más de 70% de los subsidios se concentran en los mayores exportadores de petróleo.