El Banco Central brasileño anunció
hoy una nueva reducción del encaje bancario que le permite inyectar
en el mercado hasta unos US$45.870
millones para hacer frente a la crisis financiera
internacional.
La medida prevé la implementación de un "programa de liberación
total del encaje sobre los depósitos a plazo de los bancos, sobre
los depósitos interfinancieros y sobre la tasa adicional exigida
para depósitos bancarios", según un comunicado del emisor.
"La liberación será efectuada de acuerdo con las necesidades de
liquidez de los mercados", agrega la nota al aclarar que la
reducción del encaje será gradual.
La medida, anunciada casi que simultáneamente con la de emisores
de varios países europeos para hacer frente a la crisis financiera
internacional, busca inyectar recursos en el mercado y garantizar el
crédito.
Pese a la insistencia del Gobierno de que Brasil está al margen
de la crisis y que tan sólo sufre por la reducción del crédito
externo, el Ministerio de Hacienda y el Banco Central han anunciado
en las últimas dos semanas varias medidas para inyectar recursos en
el mercado o para aumentar las líneas de crédito disponibles.
La nueva decisión se suma a otras que el organismo emisor
brasileño ya había anunciado para reducir el encaje bancario, es
decir el porcentaje de recursos que los bancos tienen que dejar
depositados en el Banco Central como garantía financiera y que
sirven para controlar la cantidad de dinero en circulación.
Con la reducción del encaje y el aumento de los recursos que los
bancos pueden ofrecer a empresas y consumidores, Brasil busca hacer
frente a la reducción de la oferta de crédito internacional, que es
el principal efecto que el país ha sufrido por la crisis financiera.
Con la reducción del crédito en el exterior, algunos bancos
brasileños, especialmente los pequeños, vienen enfrentado
dificultades para conseguir dinero.
Actualmente el encaje sobre los depósitos a plazo, que será
liberado por completo, es del 15%.
Las medidas anteriores para reducir el encaje bancario ya le
habían permitido al emisor brasileño inyectar 60.000 millones de
reales US$27.522,9 millones en el mercado.
El Banco Central brasileño también ha sido activo en el mercado
cambiario mediante subastas de dólares para contener la depreciación
del real, debilitado por la crisis.
La caída del real y la disminución de las líneas de crédito son
dos de los efectos de la crisis más temidos por el Gobierno
brasileño, puesto que podrían afectar negativamente a las empresas
exportadoras y al pujante sector agrícola.