Bush confirmó fin del veto presidencial a petroleras en alta mar
El veto había sido impuesto en 1990 por George Bush, el padre del actual mandatario estadounidense.
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El presidente de Estados Unidos,
George W. Bush, anunció hoy el fin del veto ejecutivo a las
prospecciones petroleras en alta mar, una medida que busca luchar
contra los altos precios del crudo, pero cuyo alcance es sobre todo
simbólico.
Por otra parte, la exploración en la plataforma continental en aguas
estadounidenses está también prohibida por el Congreso, de mayoría
demócrata y que hasta el momento no ha mostrado ninguna disposición
a levantar su veto respectivo.
En una declaración en la Casa Blanca, el
mandatario estadounidense afirmó que ha levantado la prohibición
presidencial porque "dejar de actuar es inaceptable" ante la
escalada de los precios del crudo.
"Ahora la pelota se encuentra claramente en el lado del
Congreso", afirmó Bush, quien no admitió preguntas tras su
intervención e insistió que "ha llegado el momento de actuar".
"Lo único que se interpone entre el pueblo estadounidense y estos
vastos recursos petroleros es una medida del Congreso
estadounidense", destacó.
El gobernante insistió en que las prospecciones petroleras en
alta mar pueden abrir el camino para expandir la producción nacional
de crudo.
La prohibición presidencial a las prospecciones petroleras en la
plataforma continental en aguas profundas estadounidenses databa de
1990, cuando la impuso el mandatario George Bush, padre del actual
jefe de la Casa Blanca.
La Casa Blanca considera que la explotación de la plataforma
continental podría producir hasta 18.000 millones de barriles.
Admite que los preparativos podrían tardar años, pero también estima
que solo empezar podría reducir la presión sobre los precios de modo
gradual.
Medio Ambiente
Bush también pidió al Legislativo que permita la explotación
de la reserva natural de Alaska, otra zona prohibida por razones
medioambientales, y flexibilice el procedimiento para establecer más
refinerías.
Hasta el momento, el Congreso se opone a levantar su prohibición
de prospecciones en alta mar ante el temor de que puedan crear
contaminación que perjudique a los ecosistemas y al turismo en los
estados costeros.
Sin que el Capitolio levante su prohibición, el fin del veto
presidencial representa una medida de alcance meramente simbólico.
Eso no ha evitado que la iniciativa de Bush haya sido acogida ya
con duras críticas, tanto de legisladores como de grupos
ecologistas.
El candidato demócrata a la Presidencia de EE.UU., Barack Obama,
indicó -en un comunicado distribuido por su portavoz Bill Burton-
que "si la exploración fuera a aportar un alivio a corto plazo en
los precios de las gasolinas o una estrategia a largo plazo para la
independencia energética, merecería considerarse fuesen cuales
fuesen los riesgos".
"Sin embargo, la mayoría de los expertos, incluido dentro de la
propia administración del presidente, admite que no va a lograr ni
una cosa ni otra", apuntó.
"Simplemente prolongaría las fallidas políticas energéticas que
hemos visto en Washington en los últimos treinta años", según la
campaña de Obama.
El senador por Illinois es partidario de conceder a los votantes
nuevas devoluciones de impuestos para hacer frente a los costos de
la energía, al tiempo que se fomentan el desarrollo de vehículos más
eficientes en su consumo y la producción de combustibles
alternativos.
El presidente de la organización ecologista Friends of the Earth,
Brent Blackwelder, consideró el anuncio una "treta que no va a hacer
nada para rebajar el costo de la gasolina. Ha llegado el momento de
dejar de jugar a la política y empezar a encontrar soluciones".
En las últimas semanas el jefe de la Casa Blanca ha multiplicado
sus llamamientos en favor de prospecciones en zonas hasta ahora
vetadas, ante la escalada de los precios de la energía.
El candidato republicano a la Presidencia, John McCain, ha
presentado también una propuesta en favor de permitir la exploración
de la plataforma continental.