La
cotización de la deuda lusa volvió a registrar hoy nuevos mínimos por la desconfianza
de los mercados hacia el abultado déficit fiscal de Portugal, cuya gestión
tiene además enfrentados al Gobierno y la oposición.
Los
intereses que piden los inversionistas internacionales para comprar obligaciones a
diez años del Tesoro portugués alcanzaron hoy el 6,42%, la máxima penalización
desde la introducción del euro, en 2002, y rondaron los 420 puntos básicos de
diferencia entre el bono luso y el alemán, según fuentes del mercado.
Entretanto,
el Gobierno socialista luso, en minoría parlamentaria, y el principal partido
de la oposición, el Social Demócrata (PSD, centro-derecha), se han enzarzado en
una guerra de reproches sobre los Presupuestos del Estado para 2011, que los
conservadores se niegan a apoyar si incluyen nuevos aumentos de impuestos.
El ministro
portugués de la Presidencia, Pedro Silva Pereira, acusó anoche en un programa
de televisión al PSD de buscar una crisis política al negarse a dialogar con el
Gobierno sobre el próximo presupuesto y subrayó que no está dispuesto a gobernar
sin presupuesto o con uno dictado por la oposición.