La
entidad financiera JPMorgan Chase fue demanda por el fideicomiso
encargado de recuperar fondos para indemnizar a las compañías afectadas
por una estafa financiera montada por el empresario Tom Petters, con la
que logró capital para comprar el grupo Polaroid.
Según afirma
hoy The Wall Street Journal, el fideicomiso sostiene que JPMorgan y su
filial One Equity Partners sabían o tendrían que haber sabido de la
fraudulenta operación por la que Petters se hizo con la titularidad de
la empresa de fotografía y les reclama, junto a otras entidades, un
total de US$ 300 millones.
En diciembre de 2008,
Polaroid se acogió al capítulo 11 de la Ley de Bancarrota de Estados
Unidos debido a los perjuicios causados por una investigación por fraude
al Grupo Petters, la compañía matriz que adquirió la empresa en 2005.
Cuando Petters compró la empresa, JPMorgan era el mayor accionista y,
según el diario neoyorquino, recibió US$ 40 millones en
intereses y comisiones gracias a la adquisición.
Petters fue
sentenciado el año pasado a 50 años de prisión después de haber sido
hallado culpable de fraude, lavado de fondos y conspiración para
estafar.