Emergentes elevan a dueño de Zara al tercer lugar entre más ricos del mundo

Por María Ignacia Alvear C.


Era sólo cuestión de tiempo. A mediados de junio, el español Amancio Ortega, dueño del grupo Inditex (matriz de Zara), se había convertido en la persona más rica de Europa. Ayer marcó un nuevo hito: con una fortuna que ronda los US$ 46.600 millones, superó al inversionista Warren Buffett para instalarse en el tercer lugar de los más ricos del mundo, según el índice de multimillonarios elaborado por Bloomberg. Sólo es superado por el magnate de las comunicaciones mexicano, Carlos Slim (US$ 74.200 millones) y Bill Gates (US$ 63.000 millones).

La fortuna de Ortega, que comenzó en la industria de la moda cuando tenía trece años y trabajaba en una camisería de lujo, se ha elevado 32% (US$ 11.400 millones) gracias a que Inditex ha tenido doce trimestres de ganancias consecutivos al abrir tiendas en mercados emergentes como China.

Luego de estar años trabajando en tiendas de vestimentas y textiles, Ortega aprendió como se manejaba el negocio y decidió en 1972 iniciar su propia empresa, Confecciones Goa. Su producto estrella fue la confección de batas para estar en casa. Esto fue el inicio de la construcción de su imperio.

“Cuando comenzó fabricando batas en una pequeña tienda de La Coruña, al joven tímido y serio de entonces se le ocurrió que la ropa de diseño no tenía por qué ser sólo para ricos”, comentó un periodista de BBC España. Así, el negocio comenzó a crecer progresivamente con varias fábricas, hasta que tres años después funda su primera tienda Zara donde comenzó a vender prendas de vestir.

Los años ‘80 marcaron la expansión de su empresa. En 1985 nació Inditex, que estaría a la cabeza de todas firmas creadas en las décadas posteriores, como Massimo Dutti, Pull&Bear, Bershka y Stradivarius. Y a partir de 1988 comenzó la internacionalización de la firma: abrió sus primeras tiendas Zara en Portugal, Estados Unidos y Francia, y diez años más tarde inauguró el primer local en Latinoamérica, en Argentina.

Bajo perfil


Ortega, hoy de 76 años, siempre ha mantenido un perfil bajo. No le gusta que le tomen fotografías y no da entrevistas. Va al mismo restaurante en La Coruña desde hace 30 años. “No es un súperhombre. Simplemente es una persona con amor a su trabajo, dedicación, que tuvo una buena idea y que ha sabido rodearse de gente buena. Todo eso, unido al factor suerte, le han empujado hacia arriba”, comentó la encargada del restaurante.

Este hermetismo es rescatado por Covadonga O’Shea, su biógrafa, quien dijo a BBC que “siempre ha tratado de guardar su intimidad, por un tema muy personal. Su ilusión, como me ha repetido más de una vez, es pasear tranquilo por La Coruña y por el mundo sin que nadie lo conozca”. Ni siquiera cuando hizo apariciones públicas en 2000 antes de la apertura a bolsa de Inditex al año siguiente cedió un centímetro de su privacidad. Otra cualidad que destacan sus conocidos es que, a pesar de su riqueza, no es fanático de los lujos. Lo único extravagante que ha hecho fue construir un hipódromo para su hija menor, Marta, para que practicara equitación.

A pesar de que ya no está a la cabeza del directorio del grupo, Ortega continúa monitoreando las operaciones y la expansión de sus empresas. De hecho, Zara prepara la apertura en los próximos meses de tres tiendas en las zonas más comerciales de Londres, París y Munich. El grupo invertirá este año 1.000 millones de euros para seguir impulsando su crecimiento. “Hay que invertir hoy para ese crecimiento futuro”, aseguró Pablo Isla, presidente de Inditex, en la junta de accionistas celebrada el 17 de julio.