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“Cuadrar el círculo” del presupuesto europeo provoca conflictos entre Estados miembro

Por: | Publicado: Lunes 8 de octubre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Joshua Chaffin, Bruselas


En 2011, cuando José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, publicó su propuesta de presupuesto a largo plazo para la Unión Europea (UE), los asesores pensaron que tenían a los británicos rodeados.

El borrador del presupuesto desafiaba al Reino Unido en miles de frentes, desde su tamaño a su promesa de revisar el sagrado cheque (reembolso) británico. David Cameron, el primer ministro, tendrá que ceder terreno en alguna parte para alcanzar algún acuerdo, pensaban.

Pero parece que la Comisión no consideró un hecho relevante: Cameron podría tener mucho más que ganar si veta todo el presupuesto, a medida que crece el euroescéptico entre el público británico.

El peso de esta amenaza se está sintiendo en Bruselas mientras aumenta la temperatura sobre las negociaciones del nuevo presupuesto, que cubrirá aproximadamente 1 billón (millón de millones) de euros entre 2014 y 2020 en todo, desde subsidios agrícolas a infraestructura, e investigación y desarrollo.

“Yo creo que Cameron estaría encantado de tener la oportunidad de vetar el trato”, dijo un diplomático de la UE. “Sería recibido como un héroe en casa”.

Otros sospechan que Reino Unido se está poniendo en posición está “bluffeando” mientras se prepara para el desenlace de una negociación donde hay mucho en juego.

La verdad será más clara el 22 de noviembre, cuando los jefes de gobierno reunidos en Bruselas, para un encuentro especial de dos días, intenten resolver el impasse del presupuesto. Herman Van Rompuy, el presidente del Consejo Europeo, quien encabezará la cumbre, ha amenazado con retener a los líderes el fin de semana si no logran un acuerdo.

Después de más de un año de discusiones, el tono se está volviendo más duro. En una reunión en Luxemburgo el mes pasado, David Lidington, el ministro de Europa del Reino Unido, advirtió a sus contrapartes que Gran Bretaña no estaban alardeando en sus demandas de que el presupuesto sea congelado.

“Cuando el primer ministro dice que el congelamiento en términos reales es para él una línea que no cruzará y no una posición negociadora, esa es la dura verdad”, dijo Lidington, llamando a la Comisión a recortar más de 100.000 millones de euros de su propuesta.

Como mínimo, un veto arriesgaría aislar a Reino Unido, en momentos en que Bruselas está reformando la banca y otras regulaciones vitales para Londres. Podría acarrear otras consecuencias, también, de acuerdo a diplomáticos experimentados.

“Nadie puede garantizar que otros Estados miembros no reaccionen y comiencen a cuestionar otras cosas que no han sido cuestionadas antes”, dijo uno de ellos, refiriéndose al reembolso especial negociado por Margaret Thatcher en el encuentro en Fontainebleau de 1984, en un momento de unidad entre los británicos conservadores.

Incluso en tiempos tranquilos, negociar el presupuesto de la UE –conocido como el marco de trabajo financiero multianual- es intenso. Cada uno de los 27 estados miembro tiene un veto, y cada uno tiene sus “vacas sagradas”. Trabajar un solo acuerdo que cada uno pueda defender antes sus ciudadanos es increíblemente complejo.

La actual negociación es incluso más desafiante debido a la crisis económica, la que ha hecho que Reino Unido y un grupo de otros contribuyentes netos (aportan al presupuesto más de lo que reciben) rechacen financiar a Bruselas mientras recortan gasto en casa.

“Tenemos que ser consistentes a nivel europeo tal como a nivel local”, dijo Greg Clark, el nuevo ministro del Tesoro de Reino Unido, en una visita a Bruselas la semana pasada. “Tenemos que predicar con el ejemplo”.

El dilema agrícola


Pero entre los partidarios de los recortes, las posiciones tampoco son uniformes. Mientras Reino Unido quiere recortar los subsidios agrícolas, el mayor porcentaje del gasto de la UE, Francia está determinada a protegerlos.

En contra de ellos está un grupo de estados miembro mayoritariamente de Europa central y oriental que están defendiendo los miles de millones de euros en ayuda para el desarrollo que fluye de oeste a este. En una muestra de unidad, 15 de sus líderes se reunieron en Bratislava el viernes con Barroso, el presidente de la Comisión, para defender el argumento de que ese tipo de gasto es esencial para impulsar el crecimiento en Europa. 
“Ahora veremos si los mismos países que están hablando sobre la necesidad de crecer están listos para colaborar al instrumento más importante que tenemos a nivel europeo para el crecimiento”, indicó Barroso.

Una manera de “cuadrar el círculo” podría ser crear un presupuesto para la eurozona que permitiría a esos países gastar más mientras se mantienen los costos bajos para Reino Unido y otros países que no usan la moneda única.

Van Rompuy ha sugerido la idea como parte de un debate más amplio sobre las formas de integrar mejor a las economías de la eurozona. Pero sus consejeros dicen que el plan aún está en desarrollo y que están tratando de mantenerlo aparte de la discusión presupuestaria.

Mientras tanto, el tiempo está corriendo rápido: los diplomáticos dicen que toma un año completo de trabajo preparatorio legal y administrativo tener listos los nuevos programas después de que se acuerde un presupuesto de largo plazo. Mientras más demoren las negociaciones, mayor es el riesgo de que los programas sean interrumpidos.

En el caso de que no haya acuerdo para 2014, todas las partes podrían perder. Bajo la ley de la UE, el techo del presupuesto de 2013 sería reautorizado sobre una base anual.

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