La conductividad del cobre permite, entre otras cosas, las redes de comunicación. Sin embargo, recientemente, en vez de transmitir mensajes, el cobre ha estado enviando sus propias señales: el crecimiento global se ha estancado.
El cobre ha bajado 9% esta semana a US$ 5.500 la tonelada. El martes, el Banco Mundial recortó su estimación para el PIB global enfocando la atención en este metal clave para la industria. Pero hay que mantener la perspectiva. En 2014, el petróleo se redujo a la mitad y el cobre declinó sólo un séptimo. El colapso del crudo debe ser reflejado necesariamente con un derrumbe del cobre.
Pese a las preocupaciones de que el mercado en China ha disminuido en el último mes, Citi menciona que la demanda mejoró el año pasado. Y pronostica que la demanda china subirá 6% este año. Buenas noticias: el país representa 44% del consumo global.
Una demanda constante no detuvo a los traders de tomar una visión bajista en 2014. La fortaleza del dólar alentó a vender los commodities transados en dicha divisa. Un dólar más fuerte significa que estas materias primas cuestan más en otras monedas, amenazando la demanda. Según datos de la Comisión de Comercio en Futuros sobre Mercancías de EEUU, las apuestas pesimistas sobre el cobre de los traders usando derivados han crecido a su mayor nivel en cinco años.
La mayoría de las cupreras listadas tienen costos all-in (incluyendo costos de capital) con seguridad bajo el precio actual, según BMO Capital Markets. De hecho, incluso si los precios bajan de US$ 5 mil, muchas mineras aún verán ganancias. Los menores precios del petróleo junto con la caída de las divisas locales podrían reducir más los costos. La chilena Antogafasta tiene costos promedio cercanos a US$ 3.300 y baja deuda neta.
Incluso las mineras con costos bajos mantienen jugadas de apalancamiento sobre el commodity: caerán (o bajarán) más rápido que el metal. Y el cobre, debido a su reputación como indicador económico, es un blanco natural para la ansiedad del mercado. Quienes creen que la última movida es una sobrerreacción pueden, sin embargo, esperar la tormenta apostando a productores de bajo costo.