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El discurso que hizo pensar en una nueva dama de hierro
Por: | Publicado: Lunes 18 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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Cuando la canciller alemana Angela Merkel habló en noviembre pasado en el Colegio de Europa en Brujas, debe haber estado consciente del momento en que la anterior política mujer más prominente en Europa usó el mismo escenario para un pronunciamiento mayor.
Margaret Thatcher eligió la ciudad belga en 1988 para su famoso discurso que definió el euroescepticismo británico.
“No nos hemos embarcado en el asunto de reducir las fronteras del estado en casa para verlas reimpuestas a nivel europeo, con un nuevo supraestado europeo ejerciendo un nuevo dominio desde Bruselas”, dijo la entonces primera ministra británica. El discurso ofendió a los socios europeos de Inglaterra. La relación británica con Bruselas nunca volvió a ser la misma.
El discurso de Merkel en Brujas a los estudiantes del actual año académico ciertamente no buscaba efectos tan dramáticos. Pero ha hecho sonar alarmas en Bruselas y gatilló duras críticas de Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea y padre del euro.
La canciller alemana habló pocos días después de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas el año pasado que dio luz verde a un cambio en los tratados para permitir el establecimiento de un “mecanismo permanente de resolución de crisis” para la eurozona.
Usó el discurso para notificar de la nueva actitud de Berlín, aunque primero ofreció un tributo a la importacia de la UE en la reunificación de Alemania en 1990. “La unidad alemana y la unificación europea son dos lados de la misma moneda”, dijo. La primera habría sido “impensable” sin la última.
Pero luego cuestionó el meollo de lo que se enseña a los estudiantes en Brujas: atacó las limitaciones del “método comunitario”, según el cual las instituciones europeas (la Comisión Europea y el Parlamento Europeo en particular) son los verdaderos defensores de la UE contra los estrechos intereses nacionales de sus estados miembro.
Margaret Thatcher eligió la ciudad belga en 1988 para su famoso discurso que definió el euroescepticismo británico.
“No nos hemos embarcado en el asunto de reducir las fronteras del estado en casa para verlas reimpuestas a nivel europeo, con un nuevo supraestado europeo ejerciendo un nuevo dominio desde Bruselas”, dijo la entonces primera ministra británica. El discurso ofendió a los socios europeos de Inglaterra. La relación británica con Bruselas nunca volvió a ser la misma.
El discurso de Merkel en Brujas a los estudiantes del actual año académico ciertamente no buscaba efectos tan dramáticos. Pero ha hecho sonar alarmas en Bruselas y gatilló duras críticas de Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea y padre del euro.
La canciller alemana habló pocos días después de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas el año pasado que dio luz verde a un cambio en los tratados para permitir el establecimiento de un “mecanismo permanente de resolución de crisis” para la eurozona.
Usó el discurso para notificar de la nueva actitud de Berlín, aunque primero ofreció un tributo a la importacia de la UE en la reunificación de Alemania en 1990. “La unidad alemana y la unificación europea son dos lados de la misma moneda”, dijo. La primera habría sido “impensable” sin la última.
Pero luego cuestionó el meollo de lo que se enseña a los estudiantes en Brujas: atacó las limitaciones del “método comunitario”, según el cual las instituciones europeas (la Comisión Europea y el Parlamento Europeo en particular) son los verdaderos defensores de la UE contra los estrechos intereses nacionales de sus estados miembro.