¿Qué nos pueden enseñar los carritos de helado sobre las verdades políticas?
La existencia de dos partidos a medio camino con diferencias inmateriales reflejan la voluntad popular.
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Hace casi un siglo Harold Hotelling, el economista estadounidense, inauguró el concepto de "competencia espacial", reconociendo que las empresas compiten por posiciones, así como por precios. Hotelling no utilizó una anécdota que a menudo se le atribuye de dos niños que llegan a vender helados a una playa. Pero su ensayo habría sido mucho más brillante si lo hubiera hecho.
Los dos chicos tendieron naturalmente a acercarse. Si había alguna distancia entre ellos, cada uno ganaría algunos de los clientes del otro moviéndose más cerca. Sin embargo, cada uno podría encontrar que sus clientes antiguos se acercaban a ellos primero. El resultado es ineficiente. La caminata promedio para un helado sería menor si los carros estuvieran más espaciados. Pero el resultado es inevitable.
Podemos observar este fenómeno de agrupación en la similitud de las ofertas de productos de Hertz y Avis, o Unilever y Procter & Gamble.
En su artículo inicial de 1929, Hotelling señaló que su análisis podría ser relevante para la política. En un sistema de dos partidos, las posiciones políticas tenderían a acercarse por la misma razón que los vendedores de helados. De vez en cuando, una de las partes podría alejarse del punto intermedio, pero la aritmética electoral le llevaría de vuelta al centro.
A medida que el número de participantes aumenta, sin embargo, la solución se aproxima a una en la que los carros de helados, o los partidos políticos, se espacian uniformemente a lo largo de la playa. Cuando la entrada es barata, como con la representación proporcional, los votantes tienen una amplia variedad de posiciones para elegir. Pero donde la entrada es cara, como en un sistema de mayoría simple, dos partidos con políticas similares serán la norma.
El ascenso de la democracia en la selección de los líderes de partidos ha introducido una complicación. La selección de los candidatos presidenciales de Estados Unidos una vez fue la prerrogativa de los jefes del partido pero ahora es el resultado de un exhaustivo proceso de primarias. Los líderes del partido Conservador del Reino Unido una vez fueron elegidos por hombres en habitaciones llenas de humo. Las características necesarias para ganar el liderazgo en un partido son distintas que las para liderar un país. Luego de años, lo partidos se vuelcan a líderes más populares con los votantes que entre sus propias filas.
El modelo de Hotelling ilumina las paradojas de la política moderna. La existencia de dos partidos a medio camino con diferencias inmateriales no es una negación de la democracia, sino una expresión de la voluntad popular. El resultado conduce a la complacencia y la apatía. Pero, dada la apatía, una mayor oportunidad de participación puede llevar a menos democracia, no más, porque aquellos que sí participan son necesariamente no representativos. En la política, tal como en la economía, la posibilidad de elegir funciona mejor para uno cuando no hay necesidad de ejercitarla.