Beijing convocó a Nvidia por supuestos problemas de seguridad con sus chips, en un golpe a los esfuerzos de la empresa estadounidense por reactivar sus ventas en el país, después de que Washington aprobara la exportación de un chip diseñado específicamente para China.
El regulador cibernético de China informó este jueves que sostuvo una reunión con Nvidia debido a lo que calificó como “graves problemas de seguridad” en los chips de inteligencia artificial de la compañía. Afirmó que expertos estadounidenses en IA habían “revelado que los chips de computación de Nvidia tienen seguimiento de ubicación y pueden desactivar la tecnología de forma remota”.
La Administración del Ciberespacio de China (CAC, por sus siglas en inglés) solicitó a Nvidia que explicara los problemas de seguridad asociados al chip H20, que fue diseñado para el mercado chino cumpliendo con las restricciones de exportación de EEUU, y que entregara documentación para respaldar su posición. El anuncio se da en momentos en que Nvidia intenta reconstruir su negocio en China, tras la decisión de Washington de levantar este mes la prohibición sobre las ventas del H20 al país asiático.
Luego de ese giro en la política estadounidense, el director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, visitó Beijing para reunirse con autoridades y clientes. Durante su visita, recalcó el compromiso de su empresa con el mercado chino y presentó una nueva unidad de procesamiento gráfico (GPU) basada en la última serie Blackwell, diseñada para cumplir con los actuales controles de exportación de EEUU.
Paul Triolo, experto en tecnología china y socio del grupo DGA-Albright Stonebridge, dijo ser “escéptico” respecto a las acusaciones de una puerta trasera deliberada en el hardware de Nvidia, apuntando a la falta de detalles en el anuncio.
La CAC no especificó qué expertos detectaron la supuesta puerta trasera en los productos de Nvidia ni si se realizaron pruebas en China que hayan arrojado los mismos resultados. Nvidia no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Legisladores en Washington han manifestado su preocupación por el contrabando de chips y han presentado un proyecto de ley que obligaría a fabricantes como Nvidia a incorporar funciones de rastreo de ubicación en el hardware sujeto a controles de exportación.
China, por su parte, ha emitido orientaciones informales a los grandes grupos tecnológicos chinos para que aumenten la compra de chips de IA producidos localmente, con el fin de reducir la dependencia de Nvidia y apoyar el desarrollo de un ecosistema nacional de chips.
El gigante tecnológico Huawei y compañías más pequeñas como Biren y Cambricon se han visto beneficiadas por este impulso hacia la localización de las cadenas de suministro de chips.
Nvidia indicó que tomaría nueve meses desde el reinicio de la fabricación hasta el envío del chip H20 a los clientes. Sin embargo, fuentes de la industria señalaron que existe una gran incertidumbre entre los clientes chinos respecto de si podrán recibir sus pedidos en caso de que Estados Unidos revierta su decisión de autorizar su venta.
La administración de Donald Trump ha enfrentado fuertes críticas —incluidas de expertos en seguridad y exfuncionarios— quienes sostienen que permitir las ventas del H20 aceleraría el desarrollo de la inteligencia artificial en China y pondría en riesgo la seguridad nacional de EEUU.
“Hay facciones fuertes a ambos lados del Pacífico que no están de acuerdo con la idea de reanudar las ventas del H20”, dijo Paul Triolo. “En Estados Unidos, la oposición es evidente, pero también en China hay voces que dicen que esto ralentizará la transición hacia un ecosistema alternativo”.