Mientras Donald Trump desplegaba la Guardia Nacional para sofocar las protestas contra su ofensiva inmigratoria en Los Ángeles el fin de semana, el zar de la política del Presidente recurrió a las redes sociales para justificar la medida.
La Ciudad de los Sueños se ha convertido en “territorio ocupado”, declaró Stephen Miller en X, añadiendo que en la ciudad más grande de California se estaba desarrollando una “lucha para salvar la civilización”.
Los comentarios dejan en evidencia la visión de Miller de un gobierno federal agresivo, facultado para intervenir en pos de —y aplastar la oposición a— la agenda de la administración de restringir la inmigración, llevar a cabo deportaciones masivas y reprimir protestas mediante el uso de los militares si es necesario.
“EEUU es para los estadounidenses y solo para los estadounidenses”, proclamaba Miller en un acto de capaña de Trump en 2024.
El subjefe de gabinete de Trump, de 39 años, ha emergido como el líder detrás del uso expansivo del poder ejecutivo por parte del presidente durante su segundo mandato, invocando argumentos legales rara vez utilizados para justificar lo que los críticos dicen que es una toma de poder inconstitucional.
“Su trabajo (de Miller) es ser el policía malo, y ha internalizado ese trabajo y lo hace aparentemente con gusto”, dijo Muzaffar Chishti, miembro senior del Migration Policy Institute. “Trump sabía lo que quería hacer en materia de inmigración, pero necesitaba un marco”, añadió Chishti.
Ancla del movimiento nacionalista populista
La autorización de Trump para que las tropas estadounidenses repriman la disidencia en las calles del sur de California contra los deseos de Gavin Newsom, el gobernador demócrata del estado, quien calificó la medida de "inmoral" e "inconstitucional", ha creado un enfrentamiento político y legal de alto riesgo entre la Casa Blanca y el estado más poblado de Estados Unidos.
Mientras tanto, la ofensiva migratoria del Presidente ha cobrado fuerza. La semana pasada, firmó una proclamación que prohíbe la entrada a Estados Unidos a ciudadanos de 12 países, entre ellos Afganistán, Libia e Irán, y prohibió parcialmente la entrada a ciudadanos de siete países más, entre ellos Cuba y Venezuela.
“Stephen, en la Casa Blanca, todos los días mantiene el ancla del movimiento nacionalista populista”, dijo Charlie Kirk, un destacado podcaster de derecha, mientras presentaba a Miller en su programa la semana pasada.
Miller, nacido en California, se encuentra en la búsqueda de completar lo que luchó por lograr durante la primera presidencia de Trump. En aquel entonces, algunas de las políticas migratorias más estrictas de la administración, incluyendo la llamada "prohibición musulmana" original y la construcción del muro en la frontera sur con México, se vieron obstaculizadas por la falta de fondos del Congreso, la reacción popular y los tribunales.
Durante el primer mandato del Presidente, su yerno, Jared Kushner, fue una “influencia compensatoria” sobre Miller en materia de inmigración, pero ahora el asesor ha adquirido “un valor enorme en el mundo de Trump”, dijo Chishti.
54% de los estadounidenses aprurba las deportaciones, según sondeo de CBS. Un 46% los desaprueba.
La misión de Miller para su segundo mandato se ha visto impulsada por la popularidad de la ofensiva migratoria de Trump, una promesa central de su campaña electoral de 2024 que cuenta con un amplio apoyo popular.
“Stephen Miller es uno de los asesores más confiables y de mayor trayectoria del Presidente Trump por una razón: cumple con sus promesas”, afirmó Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca.
Miller rechaza la idea de que la fortaleza de Estados Unidos se haya basado en su apertura a la inmigración. Durante el primer mandato de Trump, señaló que la inscripción de la Estatua de la Libertad que invitaba a las "masas apiñadas que anhelan respirar en libertad" no formaba parte del monumento original, sino una adición posterior.
Su visión excluyente se endureció durante los años fuera del Gobierno. En un mitin en el Madison Square Garden de Nueva York, durante la recta final de la campaña de 2024, Miller preguntó: "¿Quién va a alzarse y decir: '¡Se acabaron los cárteles, se acabaron los traficantes delictivos, se acabaron las pandillas!'", y añadió polémicamente: "Estados Unidos es para los estadounidenses y solo para los estadounidenses".
Miller está claramente envalentonado bajo el liderazgo de Trump 2.0: frente a los fallos judiciales desfavorables sobre las deportaciones a principios de mayo, dijo que la Casa Blanca estaba "considerando activamente" suspender el "habeas corpus" (el derecho constitucional a impugnar la propia detención), lo que sería un paso drástico para restringir el debido proceso para las personas en Estados Unidos.
Más tarde ese mes, visitó la sede de la agencia de Inmigración y Control de Aduanas y exigió a los oficiales que aceleraran el ritmo de las deportaciones debido a su frustración por no estar cumpliendo con los objetivos de Trump.
“De repente, estamos viendo una explosión en la aplicación de la ley”, dijo Camille Mackler, abogada de inmigración y fundadora de Immigrant Arc, un grupo con sede en Nueva York que describió la prohibición de viajes de Trump como un “eco escalofriante de un capítulo oscuro” en la historia de Estados Unidos.
Mackler afirmó que había evidencia de que los agentes del ICE estaban intensificando los arrestos en los tribunales de inmigración, incluso en la ciudad de Nueva York, para identificar a personas con fines de deportación. “Sin duda, ha habido un gran aumento”, afirmó.
En el podcast de Kirk, Miller defendió el proyecto de ley insignia de impuestos y gastos de Trump, afirmando que la legislación no solo cumpliría las promesas de campaña del presidente de 2024 de reducir los impuestos sino también de acabar con la inmigración ilegal.
“Las tres principales restricciones a las deportaciones [de migrantes] son el personal, las prisiones y los aviones. En el nivel más fundamental, este proyecto de ley representa el mayor aumento jamás visto en esas tres categorías”, le dijo a Kirk.
Según el Foro Nacional de Inmigración, un grupo de defensa, el proyecto de ley ha asignado alrededor de 140.000 millones de dólares a la seguridad fronteriza y a la aplicación de las leyes relacionadas con la inmigración.
Pero incluso antes de la inyección de dinero, la mano de Miller en la dirección de la draconiana política de inmigración de Trump se está haciendo sentir.
Mackler dijo: “Sabíamos lo que venía, sabemos que él es el arquitecto, sabemos que tiene un poder enorme”.