Analistas han señalado que la actividad económica del primer trimestre del año se perdió. Sin embargo, la continuación de problemas estructurales y la aplicación de algunas políticas en materia cambiaria, aunado a una conflictividad política, comprometen más los resultados del segundo trimestre.
Los últimos acontecimientos que han derivado en protestas y manifestaciones en varias ciudades del país, han vuelto a alterar la normal actividad de algunos comercios e industrias.
En los tres primeros meses de 2013, la incertidumbre por la enfermedad y posterior fallecimiento del presidente Hugo Chávez generó una desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB) debido al cierre de actividades durante los días en que se realizaron los actos velatorios. Esta conflictividad que se evidencia desde la semana pasada también ha provocado retrasos en la toma de decisiones en materia económica.
Para este año, bancas de inversión, analistas privados y organismos multilaterales como el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), han señalado que la economía venezolana sería una de las pocas de la región que cerraría el año con un fuerte retroceso.
La encuesta Latin Focus Consensus de febrero -que reúne los cálculos de varios analistas locales y foráneos- prevé una contracción para este año de 0,5% y una tasa de inflación de 57,1%.
Esto, a la luz de muchos especialistas denota que la economía venezolana habría entrado en un proceso de estanflación (recesión y altas presiones inflacionarias).
Especialistas destacan que existe una serie de factores que han afectado el primer trimestre del año, y que paralizan aún más la producción aunado a un inventario disminuido.
El economista Andrés Santeliz resalta que al analizarse los grados de utilización de la capacidad instalada de la industria nacional, se observa que durante el primer trimestre se registró inactividad y esto inevitablemente tendrá efecto sobre el valor agregado.
“Se observa que un número importante de días de trabajo se han perdido. Hemos visto que por los días de marchas y las interrupciones en las calles, se impide que los trabajadores puedan acudir a su empleo. Esto tendrá un efecto importante sobre el PIB medido en términos trimestrales”, indicó.
Santeliz destacó que la actividad económica también se ha visto afectada por la reforma a la Ley de Trabajo, ya que muchas empresas no han podido ajustar adecuadamente los dos días de descanso que exige la norma.
“Al compararlo contra el primer trimestre de 2013, que fue muy parecido desde el punto de vista de conmoción nacional por el fallecimiento del presidente Chávez, se registró una baja actividad económica, por lo que quizás podría presentarse un resultado positivo, pero bajo”.
Destaca que hacia el segundo trimestre habrá que esperar qué ocurre y no por el efecto político, sino por la restricción de divisas que ha afectado el suministro de inventarios. “Recordemos que Venezuela tiene importaciones que ronda entre 50% y 60% de insumos para la producción manufacturera, lo que quiere decir que una parte de esta actividad estará retrasada o a paso lento. Es decir, en sectores como las ensambladoras y la caída que ha tenido la construcción por la escasez de materia prima, tendrán un efecto importante en los niveles de actividad en los siguientes meses”.
Sostiene el economista que salvo se logren corregir algunos de estos problemas, se aprueben más divisas para la importación y todo continúe en calma, “será difícil reponer los inventarios”.
Bajan reservas
Las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela bajaron nuevamente en los últimos días. Se conoció que esto obedece a los pagos de intereses de bonos de deuda externa que ha realizado la República. Esta semana se honró el compromiso con los tenedores del título soberano con vencimiento en 2018.
Igualmente, se informó que debido al plan de importación de alimentos que lleva adelante el gobierno, se ha destinado parte de los recursos en divisas de la Nación para este concepto.