La inversión mundial directa en inmuebles
no residenciales se situó en el primer semestre de 2008 en US$236.000
millones,
un 41% menos que en el mismo período de 2007, según un
informe de la consultora Jones Lang Lasalle publicado hoy.
El estudio indica que la caída en el volumen de inversión, que ha
retrocedido al nivel del primer semestre de 2005, se debió a una
diferencia entre el precio que pedían los vendedores y el precio que
estaban dispuestos a pagar los compradores, lo que redujo el número
de operaciones.
El consejero delegado de la división de mercados de capitales
europeos de la consultora, Tony Horrell, afirmó en un comunicado que
las condiciones del mercado internacional de crédito han reducido y
encarecido el acceso a la financiación, lo que lleva a los
compradores a rechazar operaciones a los precios de 2007.
Asimismo, señala que los vendedores no están dispuestos a rebajar
sus pretensiones, y se produce esa divergencia en los intereses de
ambas partes.
En tanto, el estudio afirma que el volumen récord registrado en
los seis primeros meses de 2007 se debió a la facilidad del acceso a
financiación externa.
La inversión transfronteriza (compras por parte de inversores de
otros países) supuso el 45% del total.
Por regiones, la inversión en Estados Unidos cayó un 61%, hasta US$64.000 millones,
mientras que en Europa bajó un 38%.
La inversión en Reino Unido, Alemania y Francia fue de US$53.000
millones, un 50%
menos, aunque mercados europeos secundarios como España, Bélgica y
los Países Bajos registraron incrementos.
La consultora prevé que el volumen de inversión total al término
de 2008 sea un 35% menor que en 2007, aunque no descarta
caídas aún mayores.
El informe indica que los inversores apalancados han salido del
mercado y que la ralentización económica mundial está imponiendo una
mayor cautela en todo tipo de inversores.
Horrel afirma que todavía puede pasar un año hasta que se
estabilicen los mercados de deuda, y pronostica que aumentarán las
ventas que se llevan a cabo con pérdidas.
El estudio señala que los inversores están buscando ahora
mercados menos transparentes pero con "sólidos" indicadores de
crecimiento, como Latinoamérica (especialmente Brasil), Europa
Central y del Este y la región de Asia y el Pacífico.