Internacional

La crisis deja sin empleo en China a 9 millones de obreros

La caída de la construcción a raíz de la crisis global hacen prever un alza del desempleo y riesgo de inestabilidad social.

Por: | Publicado: Miércoles 17 de diciembre de 2008 a las 10:29 hrs.
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Hasta 9 millones de obreros inmigrantes chinos han perdido sus empleos por el cierre de manufacturas y la caída de la construcción a raíz de la crisis global, y las previsiones de desempleo indican un alto riesgo de inestabilidad social.

Según el ministro chino de Recursos Humanos, Yin Weimin, citado hoy por el rotativo oficial "China Daily", de momento "sólo entre 5% y 7% de los 130 millones de inmigrantes chinos han regresado a sus hogares recientemente", pero espera una mayor pérdida de empleos.

En las últimas tres décadas, esos 130 millones de obreros se desplazaron desde el depauperado oeste y centro de China para trabajar en el sector de la construcción y de las manufacturas del este del país, donde se registró el crecimiento más intenso.

Las manufacturas, orientadas a la exportación de productos baratos como textiles, zapatos y juguetes, han empezado a cerrar sus puertas debido a la caída simultánea de la demanda en sus tres principales destinos: Estados Unidos, Europa y Japón.

En noviembre estas exportaciones que han sido la piedra angular del crecimiento de China registraron su primera caída en siete años, con un 2,2%.

Al mismo tiempo, el sector inmobiliario, que estaba impulsando la economía y da empleo a 77 millones de obreros, la mayoría inmigrantes, también se ha desplomado en los últimos meses.

El Gobierno chino anunció en noviembre un plan de 4 billones de yuanes (US$586.000 millones) para amortiguar el impacto de la crisis en el empleo mediante la construcción de infraestructuras.

"Creo que a mediados del próximo año la situación laboral mejorará, porque básicamente habrá finalizado el ajuste", señaló Yin, también ministro de Seguridad Social.

Además, Pekín anunció hoy que reducirá los impuestos en la compra de vivienda para estimular el sector inmobiliario.

Sin embargo, los funcionarios chinos temen que los inmigrantes que no deseen regresar a sus provincias y se queden en las zonas costeras se conviertan en una bomba de relojería social, por lo que Pekín ha ofrecido créditos con interés cero para aquellos desempleados que deseen restablecerse en sus provincias natales.

En la de Jiangxi, una de las mayores proveedoras de mano de obra para otras provincias, han regresado 300.000 inmigrantes, un 5% de los 6 millones que se calcula que emigraron.

Otras provincias donde la emigración hacia el desarrollo fue masiva son las de Henan, Jiangxi, Anhui y Hubei, en el centro de China; en la última, otros 300.000 obreros han regresado a casa, según la agencia de noticias Xinhua.

Pero la red de seguridad social china no tiene capacidad de cobertura para todos estos desempleados, un problema agravado por la carencia de un sistema de transferencias entre provincias a tal efecto y los umbrales para percibir ayudas son distintos en cada una de ellas.

Y la situación puede empeorar: la Academia de Ciencias Sociales de China (CASS, adscrita al Ejecutivo) prevé que la ralentización del crecimiento del PIB hasta un 8% o 9%, en las proyecciones más optimistas, afecte aún más a la tasa de desempleo.

China, donde la reforma económica que cumple mañana tres décadas supuso la reconversión de empresas estatales y un masivo desempleo, tiene que crecer por encima de un 8%, según la Comisión Reguladora Bancaria china, para satisfacer una demanda de entre 7 y 9 millones de nuevos puestos de trabajo cada año.

Por debajo de ese índice se dispara el riesgo de revueltas sociales en el país más poblado del mundo.

Después de que el crecimiento del PIB chino se redujera al 9% en el último trimestre del año, muy por debajo del 11,9% del año anterior, se ha disparado la alarma.

El Banco Mundial ha reducido sus proyecciones de crecimiento para China en 2009 hasta un 7,5%, mientras que consultoras como CLSA, en Shanghai, son aún más pesimistas y lo sitúan en un 5,5%, el más bajo desde 1990.

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