Internacional

Los fantasmas de las señora K

Cristina Fernández de Kirchner se apresta a iniciar hoy una nueva etapa en su mandato. Obligada por el fantasma de los cacerolazos y la escasez de alimentos, Fernández tomará las riendas del diálogo con el agro. Pero la rebeldía de los productos agropecuarios es sólo uno de los tantos conflictos que debe desactivar.

Por: | Publicado: Viernes 11 de abril de 2008 a las 21:23 hrs.
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1.La rebeldía del agro
Después de un bloqueo total de las carreteras del país, que obligó a suspender las exportaciones, y prácticamente dejó sin alimentos a las grandes ciudades del país, los productores agropecuarios lograron que el gobierno se sentara a dialogar. Aún está por verse si alguna de las partes será capaz de ceder. Pero el paro de 21 días del agro argentino marcó un antes y un después en el gobierno de los Kirchner. Hasta entonces, ningún gremio se había atrevido a bloquear el país.
Es más, hasta el mes pasado, los agricultores, así como otros exportadores, eran socios inseparables del gobierno.  Los productores han amenazado con retomar la huelga, si el gobierno los "versea" otra vez y no deroga los impuestos.

 

2. El desgaste político
En menos de tres meses, el nivel de popularidad de Cristina Fernández ha caído de 70% a 23%, según la media de las encuestadoras privadas argentinas. Pero la mandataria no sólo debe enfrentar el desgaste de su imagen, sino el primer quiebre de su maquinaria política. El paro del agro provocó que gobernadores miembros del Partido Justicialista (PJ), entre ellos varios kirchneristas, declararan por primera vez su oposición a una política del gobierno.
Ahora, el ex presidente Néstor Kirchner está empeñado en reordenar la tienda política. Más aún, después de que el paro agropecuario fortaleció la imagen de la oposición e incluso lanzó a nuevas figuras políticas como la del presidente de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo de Angeli (en la foto).

 

3. Malestar social
Si hay algo a lo que los presidentes argentinos le temen, desde la crisis de finales de 2001, es a los cacerolazos, que sirven de termómetro de la frustración social. Ahora, por primera vez en cinco años, los Kirchner enfrentan este fantasma, después de que miles de personas llenaran la Plaza de Mayo para protestar, no en contra de la política agraria, sino en contra del acelerado aumento de precios, las altas tasas de interés, la restricción crediticia y el autoritarismo del gobierno, coinciden los analistas.
Según un estudio de la consultora argentina Equis, una familia tipo (dos padres, dos niños) requiere de 800 pesos mensuales (US$ 251) para comprar la canasta alimenticia estrictamente necesaria, pero al inicio de abril, podía adquirir lo mismo por 728 pesos.

 

4. Cuestionada política económica
Martín Lousteau, el ministro de Economía, es quizás uno de los funcionarios más cuestionados del gabinete de Fernández. Es más, los diputados de oposición ya anunciaron que lo interpelarán en el Congreso, por el nuevo sistema impositivo para el agro.
Pero éste es el menor de los males de la cartera de economía, desacreditada por denuncias de manipulación de las cifras. Por ejemplo, mientras ayer el Indec anunció que la inflación de marzo fue de 1,1%, los economistas aseguran que al menos llegó a 3%.
Esta semana el FMI no sólo criticó al gobierno argentino por las cifras, sino por el acelerado aumento de su gasto público. Siguiendo los pasos del gobierno de su esposo, Fernández está usando la caja fiscal para financiar  su política de subsidios, el control de precios y la  intervención constante en el mercado cambiario para mantener una apreciación artificial del dólar.

 

5. Falta de inversiones y la energía
El ministro de Planificación, Julio De Vido, estuvo obligado a salir esta semana a calmar los ánimos de los argentinos y asegurar que habrá suficiente gas para el invierno. La crisis energética ya caldeó los ánimos el invierno pasado, en medio de apagones y el racionamiento de combustible.
Un informe interno del Ministerio de Planificación concluyó que aunque las temperaturas de este invierno no fueran tan bajas como el anterior, el déficit de gas natural sería de 50 millones de metros cúbicos diarios.  De Vido aseguró que el programa de subsidios garantizará el abastecimiento de los consumidores, pero los anaslistas concuerdan en que es precisamente esta política, además del control de tarifas y la falta de seguridad jurídica, lo que impide que se hagan las inversiones tan necesarias.

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