El
presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó hoy que, sin abandonar
el régimen de cambio flotante, su Gobierno hará lo necesario para impedir una
apreciación exagerada del real ante las depreciaciones promovidas por países
como Estados Unidos y China.
"Vamos
a tener cuidado y todas las medidas necesarias para que nuestra moneda no quede
sobrevalorizada", dijo Lula en la primera conferencia de prensa que dio en
el Palacio de Planalto al lado de la presidenta electa de Brasil, Dilma
Rousseff.
El
mandatario brasileño aseguró que asistirá acompañado de Rousseff a la Cumbre
que celebrarán la próxima semana los gobernantes de los países del G20 en Corea
del Sur para defender al real brasileño en la actual guerra de divisas.
"Lo
único que sabemos es que queremos (régimen de) cambio flotante, pero Estados
Unidos y China están promoviendo una guerra cambiaria. Estados Unidos porque
quiere resolver su problema y China porque tiene su moneda muy
desvalorizada", afirmó.
"Asistiré
al G20 para luchar. Si hasta ahora peleaban con Lula ahora tendrán que hacerlo
con Lula y con Dilma (Rousseff)", agregó.
El
gobernante negó que pretenda adoptar medidas económicas impopulares en los dos
meses que le quedan de Gobierno para impedir que su sucesora tenga que tomarlas
a partir del 1 de enero, día en que asumirá el cargo, pero aclaró: "vamos
a hacer lo que sea necesario para garantizar que Dilma reciba el Gobierno con
toda tranquilidad y sin preocupaciones".
Admitió que
el cambio es realmente una preocupación en el momento, pero aclaró que se trata
de un asunto que ni él ni su sucesora pueden resolver individualmente y que por
eso lo abordarán en la Cumbre del G20.