Comprar juguetes en China no es un juego de niños. Estudios independientes han mostrado que generalmente los juguetes contienen sustancias como plomo o cromo que pueden debilitar o incluso causar la muerte. Las débiles regulaciones y bajos estándares aseguran que los fabricantes puedan fácilmente obtener ganancias pasando por encima de la seguridad. El resultado es que lo que es dado con amor o como recompensa puede no dar felicidad, sino que causar daño.
El último estudio, hecho por Greenpeace, encontró que cerca de un tercio de 500 juguetes en las tiendas chinas contenían metales pesados y el nivel de plomo en uno de cada diez juguetes era más alto que el estándar nacional. Los niños más pequeños tienden a poner los juguetes en sus bocas. Se pueden romper pequeñas partes y ser tragadas. Las pinturas a base de plomo pueden mascarse y ser absorbidas por el torrente sanguíneo.
Los plásticos con ftalato, que se utilizan algunas veces, pueden dañar las hormonas y el sistema reproductivo.
Mejor calidad extranjera
Los chinos han sospechado por mucho tiempo que los bienes exportados son mejores que los locales. Los escándalos que involucran a alimentos y juguetes vendidos en EEUU y Europa han hecho que las autoridades se comprometan a endurecer las reglas y elevar los estándares.
Se sabe que los alimentos exportados pasan los controles de calidad el 99,8% de las veces, pero la cifra para los productos locales es de 90%. Una razón es que los requerimientos de calidad en China no son tan altos como en los países desarrollados; otro motivo es que los fabricantes son propensos a explotar una laguna jurídica para mejorar las utilidades.