UE debatirá el martes imposición de nuevas tasas a la banca
Con ello se busca desincentivar las prácticas abusivas que provocaron la crisis y de obligar a los bancos a que contribuyan a financiar sus bancarrotas.
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Los ministros de Finanzas de los
Veintisiete debatirán el próximo martes la imposición de nuevas
tasas a las instituciones financieras con el objetivo de
desincentivar las prácticas abusivas que provocaron la crisis y de
obligar a los bancos a que contribuyan a financiar sus bancarrotas.
Los líderes europeos ya acordaron el pasado 17 de junio la
introducción de un gravamen y ahora toca a sus responsables
económicos el comenzar a perfilar una posición común sobre la
modalidad del mismo y el destino de lo recaudado de cara a la
próxima reunión del G-20 en Seúl, a la que Europa quiere acudir con
una posición fuerte.
En el último encuentro del foro internacional, celebrado en
Toronto el 27 de junio, la tasa bancaria no logró suscitar el
entusiasmo cosechado en los encuentros más próximos a la eclosión de
la crisis, y la cita terminó sin acuerdo ante la oposición de países
como Canadá o Brasil, cuyos bancos resistieron mejor el embate.
Tampoco hay consenso en la Unión Europea (UE), por lo que el
Ejecutivo comunitario ha preparado un documento de trabajo para
centrar las discusiones, en el que diferencia entre dos tipos
formatos: un impuesto sobre las actividades bancarias y una tasa
sobre las transacciones financieras internacionales, que en
principio no son excluyentes.
Alemania ya ha aprobado una tasa sobre las actividades bancarias,
mientras que Francia y Reino Unido han anunciado su disposición a
hacer lo mismo, a sabiendas de que un impuesto sobre las
transacciones financieras requeriría de un difícil consenso
internacional para evitar poner en desventaja a las entidades
europeas y provocar una huida de capitales.
Tampoco hay acuerdo sobre el empleo del dinero recaudado, que
Bruselas quiere destinar a crear un fondo por cada país de la UE
para financiar reestructuraciones de bancos; mientras que Francia
apuesta por emplear en sanear los presupuestos nacionales,
maltrechos por la crisis que los bancos contribuyeron a provocar.