En una fuerte ofensiva por aumentar su participación en el mercado europeo y competir cara a cara con Telefónica, Vodafone compró a la mayor compañía de cable en España Ono en US$ 10 mil millones.
Las compañías de telecomunicaciones están buscando cada vez más diversificar su oferta a fijo, móvil y televisión y con esta transacción Vodafone llegará instantáneamente a 7,2 millones de hogares. Además generará ahorros por 2 mil millones de euros
(US$ 2.392 millones) y potenciales ingresos adicionales de 1.000 millones de euros, estimó la compañía inglesa.
A la pelea con Telefónica
Vodafone había alcanzado un acuerdo para un despliegue conjunto de fibra óptica con Orange, con lo que llegaría a 3 millones de hogares en 2015 y 6 millones en 2017. Con la compra de Ono este plan se reducirá a la mitad.
Por lo tanto, los diez millones de hogares que sumarán con la adquisición de Ono y Orange en conjunto, pone a Vodafone en un gran posición frente a su rival Telefónica. Éste último tenía como proyecto alcanzar 7,1 millones de hogares con fibra óptica a fines de este año.
En móviles, con la compra la compañía inglesa conseguirá un millón de líneas, reforzando de esta manera su unidad más débil, según analistas consultados por Efe. El año pasado perdió cerca de 1,4 millones de usuarios.
En consecuencia, Vodafone está logrando consolidarse en el mercado con la diversificación de ofertas, que es adonde parece apunta el mercado de las telecomunicaciones, dijo Ignacio Cantos, analista de ATLCapital a Expansión, para quien la operación tiene “todo el sentido estratégico”.
El futuro va por las ofertas convergentes y Vodafone ha atenuado un déficit en España que, no obstante, sigue teniendo en otros mercados, apunta Cantos. Javier Urones, analista de XTB, destacó que la operación permite a Vodafone reforzarse para hacer ofertas convergentes, donde se captan los clientes “más fieles”, y luchar por ser el primero en casa del gigante Telefónica, según Expansión.
Ola de consolidaciones
Europa se está enfrentando a un proceso de consolidación por varios factores: un mercado muy fragmentado con más de 150 operadores frente a los cuatro que compiten en EEUU, tres en China o tres en Japón; la necesidad de abordar inversiones multimillonarias para desplegar redes de fibra óptica y 4G; y una dinámica de guerra de precios y presión regulatoria en las tarifas mayoristas que no paran de recortar precios y márgenes.
En España, debido al desequilibrio en el statu quo que producirá la compra de Ono por Vodafone, Orange puede verse obligada a comprar Jazztel, para reequilibrar las fuerzas. De hecho, los dos grupos llevan un tiempo buscando un acuerdo, aunque el alto precio de Jazztel –2.500 millones de euros al cierre del viernes– lo hace difícil, según Expansión.
Con este panorama, Yoigo, el cuarto operador, se verá más pequeño y sin negocio fijo, lo que puede llevar a su dueño, la sueca Telia, a venderlo. Y lo mismo puede pasar con los tres operadores de cable del norte (R, Telecable y Euskaltel), todos en manos del capital riesgo.
Estrategia de Vodafone
Vittorio Colao, CEO de Vodafone, explicó ayer a Expansión que la transacción cumple con los requisitos financieros del grupo para realizar adquisiciones y encaja con la estrategia de ofrecer a los clientes una oferta completa de comunicaciones, desde móvil a telefonía fija.
Aunque la compra de Ono podría tardar seis meses en cerrarse, Colao no ve riesgos. “Creo que las autoridades de la Competencia en Bruselas no pondrán obstáculos, porque no se refuerza el poder de mercado de Vodafone en España. Y los accionistas de Ono han dado su apoyo a la compra, no esperamos que cambien de opinión”.
