El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, garantizó hoy que España tiene capacidad para financiarse por sí misma sin nuevos ajustes y se mostró convencido de que los sacrificios realizados le alejan del grupo de países periféricos con problemas, como Grecia e Italia.
En la conferencia de prensa con la que concluyó su última cumbre del G-20, Zapatero destacó el reconocimiento general y las felicitaciones que recibió España por el "grandísimo esfuerzo" que ha hecho para afrontar la crisis y dejó claro que su Gobierno no ha tenido que formular ningún compromiso adicional de austeridad o reformas.
A su juicio, el balance de las medidas aplicadas es "extraordinariamente importante" porque se ha logrado que España no tenga que pedir ayuda y se ha evitado así que se imponga al país "un plan de condicionalidad muy duro", que habría lastrado su futuro.
Reiteró su compromiso de continuar con la consolidación fiscal y de hacer todas las reformas necesarias para que España pueda seguir financiándose por sí misma, mantener su solvencia y la confianza de los mercados.
Aunque,aclaró, "no va a ser necesaria ninguna medida más" porque las previsiones de gastos e ingresos en la administración central del Estado van a permitir cumplir el compromiso de déficit y las necesidades de financiación están "muy estudiadas y planificadas".
Zapatero reconoció que las decisiones no han sido fáciles y ha hecho también hincapié en que el Gobierno no estará satisfecho hasta lograr reducir el desempleo, un problema "que va a costar más trabajo superar".
Asimismo recordó las ocasiones en las que analistas y medios de comunicación "encasillaron" a España en el grupo de países con problemas que después han tenido que solicitar ayuda financiera, y cómo el tiempo dejó claro que su situación es otra.