La nueva CEO de Xerox apuesta fuerte y marca nuevos rumbos
Por: | Publicado: Lunes 10 de mayo de 2010 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
Por Richard Waters
Ursula Burns, CEO de Xerox, trabajó largas horas para justificar la adquisición que quiere transformar a una de las compañías más famosas de EE.UU.
Era de esperar que la compra, realizada en septiembre pasado, de la compañía de servicios informáticos ACS captara la atención de Wall Street. La operación por US$ 6.400 millones se produjo sólo dos meses después de que asumiera el cargo. También fue una fuerte señal del audaz intento por reactivar el crecimiento.
Después de una década en la que Xerox redujo a la mitad su personal, dejándolo apenas con 50.000 empleados, la operación sumó otros 80.000 y abrió la puerta a un nuevo mercado de servicios.
Pero, además envió un mensaje que Wall Street rápidamente captó: que las divisiones de impresiones y fotocopiadoras de Xerox, ambas centrales para la compañía, no van hacia ninguna parte, lo que la obliga a hacer una apuesta fuerte y riesgosa. "Se lo puede leer de esa manera," admitió Burns. "Pero no es la intención".
Burns insiste en que todavía se puede crecer con la venta de equipos de impresión y útiles de oficina, pero agregó: "Realmente desarrollamos la compañía todo lo que pudimos. Si queremos más, tenemos que abrirnos un poco y mirar más allá de nuestro negocio central."
Para justificar su apuesta, tendrá que demostrar que las dos compañías combinadas pueden vender más que por separado. Cuando se producen grandes adquisiciones entre compañías que operan en mercados distintos, es muy difícil lograr tales sinergias en lo que respecta a facturación; y eso explica el porqué los inversionistas aun no aprobaron totalmente el plan. Las acciones de Xerox cayeron 20% después del anuncio de la adquisición, aunque ya recuperaron casi todo el terreno perdido.
Ursula Burns, CEO de Xerox, trabajó largas horas para justificar la adquisición que quiere transformar a una de las compañías más famosas de EE.UU.
Era de esperar que la compra, realizada en septiembre pasado, de la compañía de servicios informáticos ACS captara la atención de Wall Street. La operación por US$ 6.400 millones se produjo sólo dos meses después de que asumiera el cargo. También fue una fuerte señal del audaz intento por reactivar el crecimiento.
Después de una década en la que Xerox redujo a la mitad su personal, dejándolo apenas con 50.000 empleados, la operación sumó otros 80.000 y abrió la puerta a un nuevo mercado de servicios.
Pero, además envió un mensaje que Wall Street rápidamente captó: que las divisiones de impresiones y fotocopiadoras de Xerox, ambas centrales para la compañía, no van hacia ninguna parte, lo que la obliga a hacer una apuesta fuerte y riesgosa. "Se lo puede leer de esa manera," admitió Burns. "Pero no es la intención".
Burns insiste en que todavía se puede crecer con la venta de equipos de impresión y útiles de oficina, pero agregó: "Realmente desarrollamos la compañía todo lo que pudimos. Si queremos más, tenemos que abrirnos un poco y mirar más allá de nuestro negocio central."
Para justificar su apuesta, tendrá que demostrar que las dos compañías combinadas pueden vender más que por separado. Cuando se producen grandes adquisiciones entre compañías que operan en mercados distintos, es muy difícil lograr tales sinergias en lo que respecta a facturación; y eso explica el porqué los inversionistas aun no aprobaron totalmente el plan. Las acciones de Xerox cayeron 20% después del anuncio de la adquisición, aunque ya recuperaron casi todo el terreno perdido.