Todas las ganancias de este año en el mercado de bonos se han evaporado en unas pocas horas, sacudiendo la deuda desde Alemania hasta Japón y pasando por EEUU, luego de que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pronosticara ayer un alza de los precios, alejando los fantasmas de la deflación que habían convencido a los inversionistas de aceptar retornos escuálidos o incluso negativos en algunos papeles.
Draghi también advirtió a los inversionistas que deben prepararse para una nueva era de elevada volatilidad, hundiendo las expectativas del mercado de que la autoridad monetaria saldría en su ayuda.
Tras acumular un avance de 2,3% hasta mediados de abril, el índice de bonos Global Broad Market de Bank of America Merrill Lynch, con un valor de US$ 41 billones (millones de millones), ahora registra una caída de 0,4% desde comienzos de año.
Los bonos alemanes continuaron hoy su derrumbe, enviando los rendimientos a diez años a un máximo de ocho meses. El incremento de 40 puntos base en tres días es el mayor desde la creación del euro.
La tendencia se está contagiando al otro lado del Atlántico, provocando una ola vendedora en Nueva York que envió el retorno de los Treasuries a su máximo desde octubre.
El ajuste en el mercado también está contagiando a los inversionistas cambiarios. El euro se apreció hoy frente a sus 16 principales pares internacionales, extendiendo su mayor racha de alzas de tres días desde 2009.