El euro
actuó como un "somnífero" para algunos países europeos, dándoles una
falsa sensación de confianza económica y "una ilusión de
prosperidad", según el presidente de la Comisión Europea, José Manuel
Durao Barroso.
Eso
significó que esos gobiernos pudieron evitar el acometer reformas económicas
difíciles, pero necesarias, explica Barroso en declaraciones que publica hoy el
diario británico The Times.
Desde la
crisis financiera, argumenta el político portugués, el euro se ha convertido,
sin embargo, en impulsor de cambios ya que los países europeos se han visto
forzados a importantes reformas estructurales y ahorros presupuestarios para
seguir dentro de la moneda común.
"El
euro ha sido un gran éxito. En un plazo muy breve se ha consolidado como la
segunda divisa mundial y en algunas áreas es incluso ya la primera en cuanto a
transacciones", agrega.
Según el
presidente de la Comisión, en vista de todo ello el actual
"alarmismo" sólo se explica porque "nos hemos topado con otro
problema sin precedentes".
"Los
mercados comenzaron a discriminar entre la deuda soberana de los distintos
países de la misma unión monetaria. Es un problema nuevo para el que, si he de
ser sincero, no estábamos preparados y al que hemos tenido que reaccionar y lo
estamos haciendo", añade Barroso.