Patricio Valenzuela, señala que "es cierto que el nivel de endeudamiento en Chile ha subido en los últimos años, pero no podemos desconocer que el acceso a crédito por parte de personas que estaban excluidas del sistema financiero, ha llevado a que la calidad de vida de millones de chilenos haya mejorado considerablemente".
"Como especialistas en la intermediación bancaria y en nuestro contacto diario con las entidades crediticias y los clientes que recurren a ellas, sabemos que el problema no está dado por las deudas. Éstas no son malas de por sí, sino que pasan a serlo cuando los actores involucrados las manejan irresponsablemente, como lo sucedido con La Polar".
El especialista destaca que "el problema radica en las múltiples alternativas que existen para sustentar, por un largo período, la famosa “bicicleta financiera”".
Asimismo, explica que los bancos son la fuente de financiamiento tradicional a la que los clientes recurren en primera instancia y si éstos no otorgan el crédito por sobre endeudamiento, "existe la posibilidad de recurrir a la línea de crédito, tarjetas bancarias o de casas comerciales y avances en efectivo".
"Esto hace que los actores financieros que están en una segunda o tercera línea de prioridad para los consumidores, tengan que ser más agresivos para captar a esos clientes hambrientos de financiamiento. Como nada es gratis en esta vida, algunas instituciones cobran una tasa de interés muchas veces desproporcionada por considerar que ese tipo de clientes conlleva un mayor riesgo en términos de retorno del préstamo otorgado. Y aquí se da la paradoja, ¿es ese cliente más riesgoso o es el sistema el que lo ha convertido en un potencial mal pagador por haberle entregado más dinero del que debía y haberle cobrado tasas desproporcionadas?", cuestiona.