El presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, dijo que “resulta una obviedad reconocer que muchas entidades europeas no sobrevivirían en el caso de tener que reevaluar sus carteras de deuda soberana a precios de mercado”.
Advirtió que desde el comienzo de la crisis, algunos bancos en Europa han perdido más de un tercio de su valor en bolsa y apuntó que esta “nueva normalidad” del sector financiero se caracteriza por la volatilidad y la incertidumbre. Pero Ackerman también apuntó que la banca europea tiene ahora menores dimensiones que en 2008, está mucho mejor capitalizada, es menos dependiente de la financiación a corto plazo, tiene menor cantidad de activos tóxicos y se mejorado la gestión de los riesgos.
No obstante, el presidente del mayor banco alemán auguró un largo período de dificultades para el sector, ya que las entidades aún “no han proporcionado respuestas convincentes a la crisis”.