El llamado “efecto Corfo” sobre la acción de SQM ha tenido un impacto mayor sobre los papeles de la compañía controlada -indirectamente- por Julio Ponce Lerou. Ni la renuncia de los tres directores de PCS -por el escándalo del financiamiento irregular a la política-, ni cuando se dieron a conocer los montos involucrados en las cuestionadas asesorías, son dignos contendientes del efecto que está teniendo la amenaza de que la Corporación de Fomento pueda dar por terminados, anticipadamente, los contratos por las concesiones que involucran la operación del Salar de Atacama.
El peso que tienen sobre los resultados de la minera no metálica es importante: en 2014 representaron alrededor del 39% de los ingresos totales, según se detalla en sus balances, llegando a US$ 2.014 millones.
Por otro lado, desde Corfo estiman que entre el 60% y 75% de las ventas de SQM dependen de los dos contratos involucrados en la polémica.
Y a pesar de que en el mercado siguen muy de cerca lo que pase con el destino de dichas concesiones, no se conocían estimaciones respecto del efecto que tendrían sobre las acciones de SQM-B.
Hasta ahora, luego de que JP Morgan emitiera un reporte que incluye en su análisis este nuevo factor, y que evalúa los dos posibles nuevos escenarios que podría enfrentar la compañía: la pérdida anticipada de las concesiones, o que SQM le gane el gallito a Corfo y se cumpla lo acordado. De todas formas, igual se ve un efecto en el precio de US$ 28 que tienen para su ADR.
Los escenarios
Si Corfo revoca el contrato el próximo año, el riesgo a la baja para los títulos de la empresa es considerable, y JP Morgan reduce el precio objetivo del ADR en 57%. Actualmente, el banco de inversión lo sitúa en US$ 28, pero si esto ocurriera, en el corto plazo, cae dramáticamente a US$ 12.
Pero si finalmente Corfo resuelve no cancelar el acuerdo, y el arrendamiento del salar se revoca sólo a partir del 2030 -año en el que termina según el contrato-, “se ve una oportunidad de compra”, y “vemos un 35% de alza sobre el precio de hoy” considerando que la empresa seguiría generando dinero con la explotación del litio y potasio durante los siguientes 15 años, dice el informe.
”En este caso, vemos una potencial valoración implícita de US$ 22 en comparación con nuestro actual US$ 28”, aseguró el banco.
“Creemos que el reciente retroceso de la acción proporciona una atractiva oportunidad de compra”, consigna.
Ahora, saliendo de las contingencias que generan estas concesiones, JP Morgan incluye entre los principales riesgos el aumento de los costos laborales en Chile, la dependencia de la compañía de los precios del potasio y una recesión económica general en los países emergentes agrícolas, como por ejemplo, China, India y Brasil.
Acciones siguen a la baja
Todo esto sigue trayendo inconvenientes para la empresa en la bolsa local. Ayer la serie B de la sociedad cayó 1,50% a $ 10.311, su menor valor desde abril del año 2008. Mientras que en Estados Unidos el ADR de la sociedad cerró en US$ 19,29 su valor más bajo desde octubre del año 2008.
