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#Muchasmás: la inexplicable falta de mujeres en el mundo de las inversiones

Pese a que la equidad de género es actualmente la consigna “de moda”, en el sector financiero cuesta encontrar mujeres en cargos de primera línea.

Por: Felipe Brión Cea | Publicado: Lunes 14 de noviembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Encontrar mujeres que trabajen en el core business de la industria de banca de inversión fue, por lejos, uno de los grandes desafíos de este reportaje. Porque aunque parezca inexplicable, en este negocio, donde trabajan miles de personas, son contadas con los dedos de una mano las mujeres que se desempeñan en mesas de dinero o en altos cargos.

Y la respuesta de uno de los CEO consultados respecto al por qué no contratan mujeres, parece resumir la razón: "este es un negocio donde se trabaja hasta muy tarde, y pedirle a una mujer que se quede, cuando tiene niños y que ver la casa...es mejor tener hombres".


En este caso, no es que se requiera de habilidades que sólo los hombres posean -como por ejemplo, más fuerza-, ya que las capacidades son las mismas. Incluso, muchos valoran las habilidades blandas que tienen para generar lazos y empatía con los clientes, logrando mejores resultados, una ventaja importante en un negocio basado en la confianza.


Pero siempre hay quienes luchan contra la corriente, y ahí están, ganándole a los prejuicios, demostrando que sí se puede triunfar en un mundo en el que buscan dejar su huella, especialmente para aquellas que se les quieran unir.


El camino no es fácil para llegar a puestos de primera línea. Bien lo saben quienes han alcanzado la cima, quienes, además, reconocen el desafío que implica su doble rol, como profesionales y madres. Pero se puede, y la clave está en la flexibilidad laboral y, por supuesto, en las redes de apoyo.


También hay quienes apelan a la "solidaridad de género", ya que indican que si hay pocas mujeres en cargos altos, se debe también a los pocos referentes que existen.

Lento pero seguro


A nivel mundial, de forma lenta, pero segura se avanza hacia la integración de mujeres en las de empresas. Según una nueva versión del estudio elaborado por de Creditt Suisse, CS Gender 3000, si en 2010 las mujeres que participaban de mesas directivas era de 9,6%, a 2015 subió a 14,7%.


Claro que Chile se aleja bastante de esos números: hace seis años, el porcentaje era de 2,3%, y el año pasado, llegó a un 8,5%.


¿El país ideal? por lejos, Noruega, donde prácticamente la mitad de los directores son mujeres. A nivel global, ellas sólo son el 17% de los directores de las empresas financieras. ¿La región con peores indicadores? Latinoamérica. ¿El vaso medio lleno? Nuestro país es el mejor de la región, superando a mercados como el mexicano y el brasilero.


Según el reporte, que esta vez se denominó "La recompensa por el cambio", el hecho de tener presencia femenina en la mesa directiva tiene consecuencias, y son positivas: las firmas que cuentan con más mujeres, tienen un retorno anual compuesto en exceso, desde 2005, de 3,5%.

 

Sonia Dulá: "Llegan muchas mujeres, pero las vamos perdiendo en el camino"

Sonia Dulá, mexicana y criada en Brasil, ha sido reconocida como una de las mujeres más influyentes en la banca de inversión, y credenciales tiene de sobra.


Pero hoy, la ejecutiva está en una cruzada personal: incentivar a mujeres para que sigan en esta carrera, y agrega que siente es su responsabilidad ser un referente, para otras que decidan hacerse un espacio en la vorágine del mundo financiero.


-¿Cómo se inició en la banca de inversión?


-Estaba en Stanford, eran mediados de los 80´,y en ese tiempo había una cultura donde te ibas a banca de inversión o consultoras. Ante el desconocimiento me apunté a todas las empresas, y entonces me fue fatal. En esa época, el que contrataba se sentía más cómodo de contratar alguien como él, que se parecieran, que hayan ido a la misma escuela, etc. Entonces, yo desencajaba por dos razones, nunca había trabajado en banca de inversión y por otro lado, era mujer. Y el 99% de los que entrevistaban eran hombres. Pero el único banco que me invitó a regresar a Nueva York, fue Goldman Sachs porque, coincidencia o no, me había entrevistado una mujer.


-¿Ha cambiado mucho el escenario desde ese momento a la fecha?


- Hoy miro a las generaciones jóvenes de mujeres en banca de inversión de Latinoamérica y no está esa generación que formé con otras colegas. Entonces, trato de incentivar y motivar a las mujeres para que se queden. El tema es que entran muchas, pero las vamos perdiendo en el camino. Creo que es por falta de modelos de referencias, entonces entre más mujeres líderes seniors existan, más jóvenes van a querer quedarse, porque ven una referencia de cuál puede ser su carrera y eso ha faltado.


-¿Cuál es tu rol en ese sentido?


-Siempre les digo a las mujeres que están en mandos medios, que es su responsabilidad quedarse, para que puedan servir de modelo a las jóvenes. Si desaparecemos, no hay incentivo.


-¿Qué ventaja da tener mujeres en este mundo?


-En un mundo muy masculino y machista; siempre han existido hombres que tienen muy claro que rodearse de equipos que tienen mujeres les hace tener mucho éxito, entienden que la mujer es más delicada, perfeccionista y no quiere equivocarse. Siento que el hombre es más de querer demostrar una imagen al exterior de él. Hay hombres que han pensado que tener una 'Sonia' en su equipo, los diferencia de forma importante. Y yo les digo a las mujeres que van entrando y subiendo en este mundo, que hay de esos hombres, hay que identificarlos y si puedes, acércate.


-Hay que tener actitud también...


-Es importante que digas "yo quiero trabajar aquí". Cuando estaba en Europa escuché que se quería privatizar Telmex de México, y yo no tenía nada que ver en eso, ya que estaba en Europa. Pero me dije, este tema lo conozco y puedo aportar. Y totalmente fuera de protocolo, fui yo la que empujé para estar ahí, y ahí estuve y ganamos el mandato. Hay que tener una conciencia de saber dónde aportas valor y en qué eres buena, y posicionarte o de lo contrario te puedes perder.


-¿Por qué muchas mujeres desisten de hacer carrera en este sector?


-Hay mujeres que llegan a vice presidente y después caen al precipicio. Hay muchas razones, algunas se fueron a cuidar a la familia; yo tuve un hijo a los 36 años y una hija a los 44 años, en los dos casos yo era CEO de una compañía, y tuve mi hijo en medio del caos. El escoger ser mamá por unos años y no trabajar es una decisión muy personal, pero no son cosas excluyentes. Eso sí, necesitas contar con una infraestructura, es un mito eso de que tienes que salirte del camino profesional cuando tienes hijos.


-¿Cómo se manejan las dos cosas?


-Es un caos. Yo lo digo un poco en broma, pero como trabajamos en mandatos, digo que mi hijo es mi mandato número cinco y mi hija el seis, y les voy dedicando el tiempo. Si en uno hay crisis, le vas dando prioridad y luego al otro, y es así como se va manejando. No es una manera convencional de llevar la familia.


-Si pudiera darle un mensaje a las nuevas generaciones, ¿cuál sería?


-Que esta es una gran carrera, es apasionante acompañar y ser parte de los grandes cambios macroeconómicos y corporativos de nuestros países, y ser parte de eso es muy emocionante y gratificante. En términos de lo que se requiere, las mujeres tenemos todos los atributos para ser grandes banqueras; que no sientan que por ver muchos hombres, que no es una industria para ellas. Las características femeninas en negociaciones, momentos difíciles y de adversidad, permite levantar mensajes y señales que son útiles.

Alejandra Sanchez: "Uno se termina ganando el respeto como en cualquier ámbito de la vida"

Uruguaya de nacimiento, Alejandra se crió en un mundo donde los temas de mercado eran tan cotidianos como hablar del clima, por lo que su arribo al mundo financiero no le extrañó a nadie.


Llegó a Chile hace algunos años, para potenciar el proyecto de Credit Suisse en el país y también para, con su ejemplo, demostrar que una mujer puede ser tanto o más eficiente y aguerrida que sus pares hombres a la hora de armar un buen deal.


-¿Cómo es trabajar en un mundo donde predominan los hombres?


-En mi caso, se dio todo muy natural. Hace once años que trabajo en Credit Suisse, en la parte de inversiones y antes estuve en una corredora de bolsa en Uruguay, que era de mi padre, y donde también estaba rodeada de hombres; entonces me fui formando en este ámbito, y eso me definió la carrera.


-En este tiempo ¿cómo has visto el desarrollo de las mujeres en este negocio?


-Lo bueno es que cada vez más las empresas intentan incorporar mujeres y, finalmente, como dice un informe de Credit Suisse, terminan generando mayores rentabilidades. Hombres y mujeres somos distintos y pensamos diferente, entonces qué mejor que tener diferentes puntos de vista en un directorio para una empresa. A mí, no me ha costado mucho; sí creo que hay que tener un carácter, una personalidad bastante fuerte, pero al final uno se termina ganando el respeto como en cualquier ámbito laboral y de la vida.


-¿Dirías que tener un carácter fuerte es decisivo en este negocio?


-No. Creo que el respeto se gana trabajando y siendo profesional, destacándose por lo que se hace. Siempre tuve el respeto de mis colegas, y los clientes han jugado mucho a favor. Ahora, yo soy la única mujer trabajando acá. Tenía una compañera que se fue a Europa y quedé sola, entonces cuando fuimos a ver los clientes que dejaba ella los que estaban acostumbrados a trabajar con una mujer, prefirieron quedarse conmigo. La gente se acostumbra.


-¿Te ha visto menoscabada o relegada por ser mujer?


-Personalmente no (...) Hace once años empecé de abajo, de asistente y fui escalando en la empresa, a medida que se fueron dando cuenta que tenía capacidades y las ganas que le pone uno para crecer.


-¿Pero hay prejuicios?


-Yo creo que no, pero igual hay un camino por recorrer. Hay un estudio de Credit Suisse que dice que sólo el 15%, a nivel global de los cargos ejecutivos, están ocupados por mujeres, obviamente falta mucho, hay países que están mejores que otros, ojalá que algún día todos seamos como Noruega, donde es 50-50.


-¿Cuáles son los aspectos más complejos en esta carrera?


-Lo que más le cuesta a la mujer en este, y en todos lo ámbitos laborales, es congeniar la vida personal y familiar con el trabajo.


-¿Cómo lo haces en tu caso?


-Soy casada y hace dos años fui mamá de mellizas. En ese sentido, acá me apoyaron mucho, me pude tomar el postnatal de los seis meses. Además, el tema de trabajar en equipo facilita mucho, porque dejar de lado a los clientes ese tiempo no es fácil. Ellos no sintieron mucho eso, y cuando volví, lo hice con mucha flexibilidad de horario, y eso se agradece mucho porque es importante para la mujer estar tranquila. Esas cosas una las valora, y creo que en todas las empresas se debería replicar para que este porcentaje empiece a aumentar. De lo contrario, al final las mujeres terminan eligiendo entre la vida familiar y el trabajo y eso no debería ser así.


-¿Eso es lo que hace desertar?


-Comparando con Uruguay, que es lo que sé, Chile está súper bien en términos de políticas. En Uruguay hay una reforma ahora, pero son tres meses de postnatal y de prenatal nada. Prácticamente, trabajas hasta el último minuto. Cuando llegué acá me fui un mes y medio antes y volví seis meses después, más la flexibilidad de la empresa, es súper bueno.


-¿Y el apoyo familiar?


-Ya está más avanzando que antes, mi marido también trabaja pero me ayuda a la par con los niños. Las mamás tenemos esa autoexigencia de que por más que el marido ayude, uno quiere hacer las cosas y se autoexige. Pero sí, el apoyo de la familia es fundamental.


-¿Qué debe cambiar para que las mujeres tengan más espacio?


-La política de los países, donde creo que Chile está avanzado, y las políticas de las empresas, de respetar el posnatal y la flexibilidad, eso es importante. Además, que los directorios sepan que la mujer, que es mamá, tiene que estar tranquila para poder trabajar bien.

 

Maria Eugenia Norambuena: "las mujeres tienen capacidad de sobra para tomar cualquier trabajo"

Partió en Principal como analista de control de gestión y ahora es gerente general de la Administradora General de Fondos (AGF). María Eugenia Norambuena ha estado toda su carrera en la misma empresa, donde valora la flexibilidad que le ha permitido poder equilibrar su mundo familiar y laboral.


-¿Cómo es trabajar en este mundo donde predominan los hombres?


-Lo más difícil es equilibrar la casa con el trabajo. Como éste es igual de difícil para hombres y mujeres, no es más ni menos desafiante por ser mujer; pero uno siempre sigue a cargo de los niños. Uno tiene una patita en la casa y otra acá todo el día, y eso hace más difícil lograr equilibrar ambos temas, no dejar tirada la pega ni la casa.


Las mujeres tienen capacidad de sobra para tomar cualquier trabajo, al igual que los hombres, pero sí está el tema de equilibrar la casa y también el de la madre culposa, que uno tiene por las muchas veces que no se puede participar en cosas como actividades del colegio, por ejemplo.


-¿Se puede llegar a un punto de equilibrio en ese sentido?


-Tengo suerte de que aquí, en Principal, siempre -y quizás por eso me he quedado tanto tiempo-, nos han apoyado harto en estos temas. De hecho, antes que existiera el postnatal extendido, nosotros ya teníamos beneficios de un postnatal más largo; y es que si no le das flexibilidad a las mujeres, es muy difícil avanzar.


-¿Qué tan importante es el respaldo de la empresa?


-Lo que es más difícil para las mujeres es que las apoyen, que les den la flexibilidad necesaria, porque al final trato de irme temprano a la casa, pero sigo respondiendo los mails. Entonces, cumplo igual que el hombre, pero de una manera distinta.


-Al escoger este mundo, ¿sabías que te ibas a enfrentar a esto?


-Cuando buscaba trabajo, traté de hacerlo en multinacionales donde ya hubiera algo más avanzado en otros países. Incluso, en algunas firmas donde postulé, no quedé porque buscaban hombres que tuvieran más disponibilidad de tiempo.


-¿Te has sentido discriminada por ser mujer?


-No, pero te miran distinto. En un mundo donde hay 20 hombres y aparece una mujer, es distinto, e incluso les incomoda, ya que tienden a hablar entre ellos con más garabatos, más coloquial. Y de repente, aparece esta mujer y se complican, pero nunca he recibido prejuicios por no ser hombre.


-¿Cuesta ascender en este mundo lleno de hombres?


-Si la mujer logra equilibrar su vida personal y laboral, y toma la decisión de querer subir, yo creo que no cuesta hacerlo. Hay mujeres por opción- y no porque no tengan la capacidad-, que deciden estar en su casa, pero tanta flexibilidad tampoco se puede pedir. Gerentes generales mediodía en la casa, ahí sí que no hay ninguna; pero el mundo va para allá. Cada vez se puede trabajar más desde la casa, y eso facilitaría que las mujeres accedan a cargos más importantes.


-¿Cuán clave es contar con el apoyo familiar?


-Muy importante, hay que tener un marido que te apoye y ayude cuando hay que ver temas de la casa...Para una mujer que esté sola es súper difícil.


-¿Por qué hay tan pocas mujeres en esta industria?


-Responde más a una opción, a que no tengan oportunidades. Con el tiempo han ido ingresando al mundo laboral y, en el futuro, tendremos igual cantidad de hombres y mujeres en cargos altos. Es todo una cosa de tiempo.


-¿Cómo se puede incentivar para que sea así?


-Con más flexibilidad y apoyo de la empresa. Evidentemente, el hombre y la mujeres somos distintos y son distintas las cosas que necesitamos. Entonces, cuando las empresas piensan en beneficios y esas cosas, tienen que pensar en esas diferencias también.


-¿Qué beneficios trae que mujeres estén en altos cargos?


-Que la mujer trabaje y tenga su independencia genera un equilibro entre la relación hombre-mujer en la casa y en la familia y eso es positivo para la mujer.


-¿Cuál es sello que buscas impregnar en tu gestión?


-El estar más cerca de las generaciones jóvenes también hace que uno sea más empática con todas estas cosas de permisos, horarios, y de nuevo, flexibilidad. Mi idea es empoderar a los empleados para que cada uno haga lo que tiene que hacer y dejarlos a su manera, va por ese lado. Más que ser autoritaria, que era lo que se veía anteriormente.

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