Cuenta atrás para las elecciones de EEUU. Quedan sólo cinco semanas para la cita presidencial del 6 de noviembre, fecha marcada a fuego en el calendario de Wall Street. El mercado lleva tiempo sopesando el impacto de cuestiones como la reforma financiera del Gobierno de Obama, que los republicanos prometen derogar si llegan a la Casa Blanca.
Pero hay muchas otras cuestiones que se deben tener en cuenta, como acaba de analizar Joanna Shatney. La gestora de fondos de renta variable de gran capitalización americana de Schroders sopesa el efecto de la derrota o la victoria de Obama, que será clave para las bolsas.
Si el líder demócrata continuara su mandato, "los inversionistas tendrán que prestar especial atención a la expiración de los recortes fiscales de la época de Bush, los recortes en el gasto público que afectarán a los sectores de defensa y salud, y al aumento de impuestos que supone la puesta en marcha de la reforma sanitaria". Medidas que, en conjunto, "podrían traducirse en una contracción el PIB de entre un 3% y un 5%".
Es parte del impacto del denominado "precipicio fiscal", un ajuste automático de gastos e ingresos que entrará en vigor en enero de 2013 salvo que republicanos y demócratas lleguen a un pacto. En este sentido, la gestora entiende que el estancamiento político para acercar posiciones es tan grande que puede que no haya suficiente tiempo como para arreglar la cuestión a tiempo, esto es, antes del 31 de diciembre. De ahí que crean que, más allá del ganador final, lo positivo para el mercado sería apreciar que el Congreso hace lo posible para evitar ese precipicio.
¿Y qué pasaría si Obama pierde? En ese caso, Joanna Shatney cree que el mercado "experimentará un pequeño repunte que durará hasta la resolución de la reforma presupuestaria", esto es, hasta que el republicano Mitt Romney aclare los cambios fiscales que quiere implementar en EEUU. "Este asunto llevará tiempo, no creemos que haya una decisión hasta la segunda mitad de año", explica la gestora. Además, entiende que habrá un alto grado de incertidumbre sobre el sector sanitario. Y es que Romney ya ha anunciado que derogará el Obamacare si llegase al poder.
Con este escenario, ambos candidatos se enfrentarán el miércoles en su primer debate, en un momento en el que las encuestas dan una clara ventaja a Obama