"Mis prioridades son el empleo y la lucha contra la pobreza"
Juan Manuel Santos se ve relajado. El presidente electo de Colombia obtuvo una victoria aplastante en las últimas elecciones....
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Juan Manuel Santos se ve relajado. El presidente electo de Colombia
obtuvo una victoria aplastante en las últimas elecciones. David Cameron,
el primer ministro británico, le confesó que a él también le habría
gustado ganar con el 70% de los votos; el comentario tuvo lugar esta
semana durante la visita a Londres que hizo Santos antes de asumir la
presidencia el mes próximo.
"Este mandato es de alguna manera un
problema", aseguró Santos vestido de blazer y corbata. "Aprendí que uno
debe bajar las expectativas para luego poder cumplirlas", agregó.
Es
el tipo de respuesta que el futuro presidente de Colombia debe haber
leído en los casos de negocios que estudió como alumno de la Escuela de
Negocios de Londres y Harvard.
Sin embargo, las expectativas son
altas, en parte debido a los antecedentes de Santos.
El
presidente electo fue ministro de Defensa durante el mandato de Álvaro
Uribe, su predecesor que asumió en 2002. Tiene cierto mérito en el éxito
que tuvo Uribe con sus medidas para aplastar a las guerrillas
marxistas, desmovilizar a los insurgentes derechistas y reducir la
violencia. Pero tales logros sólo pusieron en relieve la profundidad de
los otros problemas que padece Colombia.
"Ahora puedo tener
prioridades distintas, y las mías no son la seguridad. Tienen más que
ver con el empleo y la lucha contra la pobreza," afirmó Santos para
explicar de qué manera quiere diferenciar su presidencia de la de Uribe.
"Tenemos la segunda tasa de desempleo más alta de América Latina, la
pobreza ronda el 45% y la indigencia, el 17%. Esos números son demasiado
elevados."
Si bien Santos escribió un libro llamado La Tercera
Vía, con prólogo de Tony Blair, el ex primer ministro británico, en esos
temas él tomó una postura declaradamente a favor de las empresas.
Opina
que apuntando a sectores clave, especialmente la agroindustria,
infraestructura y minería, Colombia podrá elevar el crecimiento
económico a 6% anual. El mini auge del petróleo, ayudado por los
ejecutivos que huyeron de Venezuela, ya está en marcha. "Tenemos todo lo
que necesita el mundo", aseguró.
Los críticos descartan esa meta
de crecimiento como mera arrogancia, después de que Michael Geoghegan,
el CEO de HSBC, describiera a Colombia como integrante de la próxima ola
de países Bric. Aún durante el auge global 2003-2008, el crecimiento
promedió sólo 5,3%. Y ahora se teme a una recesión global.
"No
nos olvidemos que tenemos 45 millones de consumidores locales. Tenemos
un tremendo potencial para elevar la demanda interna", se defiende
Santos, que se desempeñó como ministro de Finanzas en un anterior
gobierno.
Si bien la economía colombiana —que mueve US$ 280.000
millones— no enfrenta la crisis presupuestaria que sufría entonces,
Santos prometió cerrar la brecha presupuestaria equivalente a 4,4% del
PIB. Eso seguramente reducirá la demanda. El tecnócrata Santos responde
que confía en su modelo pero "si alguna de esas variables no se
presenta... estaremos obligados a hacer un ajuste fiscal".
Negó
que eso signifique elevar el IVA o el impuesto a las ganancias, pero
prefiere ampliar la base impositiva y mejorar la recaudación.
Que
Santos, de 58 años, hable más de modelos econométricos que de fuerzas
armadas es una señal de cuánto ha cambiado Colombia. Pero su cuidadoso
eslogan "Prosperidad Democrática" —comparado con el de Uribe que rezaba
"Seguridad Democrática"— junto con algunas de las promesas de campaña
bastante optimistas, también deja a muchos preguntándose realmente a qué
se refiere.
Como sobrino nieto de un ex presidente, Santos es
más mundano que su combativo mentor y prometió aplicar una política
exterior basada en la diplomacia, la precaución y respeto.
Ecuador
todavía está resentido por la incursión en 2008 del ejército colombiano
en una base de las FARC en Ecuador. En ese momento, Santos era ministro
de Defensa. Pero Rafael Correa, el presidente ecuatoriano, aceptó la
invitación al acto de asunción del 7 de agosto, lo cual es una "muy
buena señal". Santos también invitó al presidente venezolano Hugo
Chávez, con quien está enfrentado. El año pasado, Venezuela cerró sus
fronteras al comercio colombiano y desde entonces asegura que Santos es
una amenaza a la estabilidad regional. "Espero que se normalicen las
relaciones", aseguró.