Consecuente con la posición asumida desde julio, el consejo del Banco Central optó nuevamente en la reunión de política monetaria de este mes por mantener la tasa de interés en 5,25% anual.
En línea con las expectativas prevalecientes en el mercado, esta decisión volvió a dejar en evidencia como el cuadro internacional se ha ido deteriorando con mayor rapidez en los últimos 60 días. De hecho, el instituto emisor reafimó en su comunicado oficial que la persistencia de los problemas en las economías avanzadas podría configurar un entorno externo más adverso que el contemplado en el escenario base del Informe de Política Monetario (IPoM) de septiembre, lo que lamentablemente podría tener posibles repercusiones en el crecimiento de la actividad local y la misma inflación.
Dado lo anterior, resulta razonable que la entidad haya expuesto que el factor internacional también podría influir en la orientación de la política monetaria. En el marco de una economía local que se desacelera, y que incluso enfrenta el riesgo de frenarse más allá de lo saludable por un shock externo, parece lógico prever que el banco deberá optar en algún momento de 2012 por un cierto relajamiento monetario.