Revisión de calidad de activos impulsada por BCE pone bajo presión a banca italiana

Altos niveles de cartera vencida podrían obligar a las entidades financieras domésticas a recaudar más capital en la víspera del examen del banco central de la eurozona.

Por: | Publicado: Lunes 11 de noviembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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El sector bancario de Italia entró a la crisis de la eurozona en una posición bastante saludable en comparación con otros miembros de la región de moneda única. A diferencia de España o en particular de Irlanda, los bancos de Italia no estuvieron expuestos a pérdidas importantes materializadas por el auge y caída del sector inmobiliario impulsado por el crédito. Sin embargo, desde mediados de 2011 los bancos italianos han experimentado mayores costos de endeudamiento y una prolongada recesión en el país ha erosionado la calidad de los activos del sector bancario y de la rentabilidad. La auditoría pendiente del Banco Central Europeo (BCE) a los mayores bancos de la zona euro es probable que genere más dudas sobre la salud de las instituciones financieras italianas en los próximos meses.

En lo que es considerado una parte integral de los esfuerzos de la zona euro para establecer una unión bancaria, el BCE en colaboración con los bancos centrales nacionales comenzará dentro de poco una Revisión de Calidad de los Activos (AQR, su sigla en inglés) de las mayores entidades bancarias en la región, cuyos balances representan aproximadamente el 85% del total de activos de la banca de la eurozona. Esta AQR tiene como propósito evaluar la salud del balance de la banca antes de que el banco central tome su nuevo rol de supervisor en noviembre de 2014. Al armonizar las definiciones de los préstamos bancarios incobrables y la ponderación del riesgo de los activos (el que actualmente difiere entre las fronteras nacionales), el BCE debería estar en una posición de evaluar mejor la salud del balance de los bancos individuales y, en algunos casos, donde no cumplan, identificar sus requerimientos de recapitalización.

Esta revisión será seguida por otra ronda de pruebas de esfuerzo para simular la capacidad de los bancos para resistir una serie de escenarios económicos, lo que podría obligar a los bancos a recaudar fondos adicionales en caso de que consideren que tienen defensas inadecuadas. Se espera que el incremento de la transparencia, luego de anteriores pruebas de esfuerzo fallidas, ayude a acelerar la reversión de la balcanización del sistema bancario europeo, que tuvo lugar en los últimos cinco años mientras los flujos de capital transfronterizos se paralizaron.



Préstamos incobrables en Italia


En los últimos meses ha crecido la especulación de que la auditoría del BCE sacará a la luz una merma significativa en la calidad de los activos de la banca italiana y también un importante déficit de capital, debido al fuerte aumento en los préstamos incobrables (NPL, su sigla en inglés) domésticos durante los últimos años. Esto es el resultado de los más de dos años de recesión en Italia, con muchas compañías (particularmente las pequeñas empresas) que no pueden seguir el ritmo de los pago de préstamos.

En agosto, los NPL italianos llegaron a 141.800 millones de euros (US$ 190.000 millones), representando un incremento anual de 22,4% según datos preliminares del Banco de Italia. La cartera vencida actualmente reporta un 7,3% del total de los créditos de la banca privada comparado con el 5,9% en agosto de 2012 y el 13,1% del crédito pendiente de las pequeñas empresas.

Se espera que el AQR realizado por el BCE acelere el proceso de amortizar los préstamos morosos, lo que ayudaría a los bancos italianos a acceder a financiamiento más barato y, por lo tanto, aliviar la crisis crediticia del sector privado. Sin embargo, sigue siendo posible que las entidades de crédito sigan enfocándose en aumentar sus reservas de capital y a ser reticentes a ofrecer nuevos préstamos en el período previo a la revisión del BCE, lo que frenaría la recuperación económica del país. Los problemas también podrían aparecer si los déficit de capital son mayores a lo esperado. Con una deuda pública de casi 130% del PIB, el gobierno sería incapaz de realizar una recapitalización considerable.

En estas circunstancias, habría una preocupación de que los acreedores de los bancos subordinados sean obligados a sufrir un recorte en sus tenencias de deuda, lo que gatillaría inestabilidad en los bonos italianos.

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