"Sin duda siempre habrá un Gobierno con el que será más fácil trabajar. Habrá un Gobierno que consideremos mejor para el pueblo chileno, mejor en materia de delincuencia, mejor en materia de negocios. Sin duda, así lo creemos. Hay gobiernos que estarán ideológicamente en línea con nosotros". Con esas palabras respondía sobre un eventual triunfo de José Antonio Kast en el balotaje del 14 de diciembre, el embajador de Estados Unidos en Chile, Brandon Judd, en su primera conferencia de prensa desde su arribo al país este jueves.
Este debut generó molestias en La Moneda, tanto así que este mismo viernes el canciller Alberto Van Klaveren informó que se enviará una nota de protesta al Departamento de Estado, por lo que consideran "una intervención en asuntos internos de nuestro país".
Pese al revuelo, la falta de prescindencia diplomática de Judd no sorprendió del todo y por varias razones.
Hace solo una semana, previo a la elección que dejó al candidato del partido republicano en una posición aventajada para el balotaje , el secretario del Tesoro, Scott Bessent, insinuaba la posición estadounidense frente a la decisión presidencial en nuestro país, señalando: "Tenemos una oportunidad generacional en América Latina para crear aliados. Acabamos de ver unas elecciones en Bolivia, probablemente lo veremos en las elecciones en Colombia, las hemos visto en Ecuador y las veremos en Chile".
Por otra parte, ya no cabe duda de que la disruptiva administración de Donald Trump busca reubicar a Estados Unidos como el centro de influencia en el hemisferio occidental, focalizando su atención en América Latina, una región que había sido relegada en medio de guerras en el Medio Oriente y una competencia con Asia. Así lo consignó esta misma semana un extenso reportaje del Financial Times, donde plantean que este enfoque revive la Doctrina Monroe, un principio del siglo XIX que declaraba al hemisferio como zona de influencia estadounidense.
"Un activo que pensamos aprovechar"
Para el exalto diplomático estadounidense, John Feeley, "si José Antonio Kast gana en diciembre, es casi seguro que buscará establecer una relación personal con el Presidente Trump, intentando emular al libertario y 'anarcoconservador' vecino, Javier Milei".
Con destacados cargos en el Departamento de Estado bajo las administraciones de George W. Bush y Barack Obama a su haber, Feeley plantea que "mientras Kast halague a Trump y haga lo que él quiere, debería poder mantener a Chile fuera de serios problemas con EEUU, mientras Trump esté en el cargo".
Por supuesto, el candidato presidencial de la derecha chilena es consciente de las posibilidades de generar una alianza con la primera potencia mundial, de concretarse su llegada a La Moneda. En palabras de uno de los integrantes del equipo que lo asesora en materia de relaciones exteriores, Jorge Canelas: "Tenemos coincidencias no solo hacia dónde debe ir Chile y Estados Unidos, sino que gran parte del hemisferio".
En ese marco, el exdiplomático chileno destaca que "el secretario de Estado, Marco Rubio, es un conocedor profundo de la situación latinoamericana y de Chile. También lo es el secretario de Estado Adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental, Christopher Landau. Esto es un activo que nosotros pensamos aprovechar para consolidar desde el primer día los canales diplomáticos que se han deteriorado con EEUU".
Con esa última idea, hace referencia a una evaluación compartida de su sector, respecto a que bajo el Gobierno del Presidente Gabriel Boric la relación bilateral con Washington se encuentra en un punto bajo.
Esa apreciación es compartida por el embajador Brandon, quien catalogó de "muy decepcionante" las críticas que ha realizado el jefe de Estado chileno en relación a Trump, agregando que esas declaraciones dan cuenta de lo "mucho que ha empeorado" la relación bilateral. "Lo que hace es perjudicar al pueblo chileno en todas las negociaciones que se están llevando a cabo", sentenció el exlíder del Consejo Nacional de la Patria Fronteriza que buscó personalmente llegar a la embajada en Andrés Bello 2800, Las Condes.
Estas declaraciones, también resonaron en el Gobierno. “Lamentamos mucho esta situación, porque vemos a Estados Unidos como un país amigo. Nos interesa mantener la mejor relación posible, obviamente, desde el punto de vista del respeto mutuo", dijo Van Klaveren, agregando que las palabras de Judd "no contribuyen a una relación constructiva".
Así, quedó en evidencia el estado de la relación bilateral, la cual está "en un punto menos que óptimo", a juicio del exembajador chileno en la Organización de Estados Americanos, Darío Paya.
Canelas asegura que para Kast esta situación debe cambiar diametralmente, por lo que, de ganar la segunda vuelta: "Inmediatamente vamos a tomar todas las acciones en el plano político y económico para llevar esta relación hacia los objetivos centrales del programa de Gobierno, que son la seguridad y la economía".
Las posibilidades de una mejora en el vínculo, que conduzcan a una mayor colaboración, también son destacadas por Germán Villarroel, quien asesora al candidato republicano en seguridad nacional y defensa. "Desde nuestro punto de vista, la relación con EEUU debe ser robusta, profunda en defensa y seguridad pública, en transmisión de experiencia y de conocimiento", sostiene.
Convergencias Trump-Kast
De hecho, vislumbra espacios de colaboración en el desarrollo de una arquitectura de seguridad nacional, una de las propuestas centrales de Kast en defensa. Aunque reconoce que las realidades de ambos países son muy distantes, considera que "en EEUU tienen mucha experiencia en el funcionamiento interagencial en todos los niveles de política, por lo que no considerar esa experiencia sería un error".
De acuerdo a Paya, "lo más importante son las coincidencias de agenda" entre el Estados Unidos de Donald Trump y un Chile gobernado por Kast. Apunta, específicamente a que "el tema del crimen organizado es una preocupación explícita" para ambos líderes. "Es evidente que parte importante del problema que enfrentamos hoy día no se resuelve solo domésticamente, que hay una dimensión de cooperación internacional evidente", indica.
Para Christopher Hernández-Roy, investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, son claras las convergencias Kast-Trump en las áreas de seguridad y migración. "El mensaje de mano dura de Kast sobre delincuencia e inmigración se hace eco de la retórica de Trump. Su propuesta Escudo Fronterizo recuerda al muro fronterizo que el Presidente Trump construyó durante su primer mandato (...) La postura de Kast de que ‘Chile ha sido invadido’ por la migración ilegal también se asemeja a la del Presidente Trump", señala.
En ese marco, quien fuera el primer director del Departamento de Seguridad Pública en la OEA, indica que podría profundizarse la colaboración entre ambas naciones "mediante un mejor intercambio de información de inteligencia, aprovechando el reciente Programa de Alerta de Migración Transnacional con Identificación Biométrica entre Estados Unidos y Chile".
Justamente, en esta dimensión ahonda Canelas, planteando que "cuando hablamos del crimen internacional organizado, la amenaza de la que hay que hacerse cargo es el Tren de Aragua. En Estados Unidos ha sido de tal magnitud, que ha sido declarado como una amenaza para su seguridad nacional. A ese nivel estamos hablando. Al mismo tiempo con Chile la incursión del Tren de Aragua en nuestro país ha sido una cosa absolutamente brutal. No hemos tenido en nuestra historia una situación de violación de nuestra soberanía como lo que ocurrió con el teniente Ojeda, por ejemplo, en que participó el tren de Aragua, al parecer por mandato de la dictadura de Maduro y para asesinar a una persona que tenía el carácter de refugiado en Chile. Una cosa así no había pasado jamás en la historia. Entonces tenemos esa coincidencia".
En esta materia, el jefe de estudios de seguridad y defensa de AthenaLab, John Griffiths, considera relevante estar atentos "para ver qué ocurre si, con el cambio de Gobierno en Bolivia, EEUU instala nuevamente a la DEA a operar en ese país", junto con la posibilidad de que Washington "propicie un entendimiento en los países del Pacífico Sur, tipo Alianza del Pacífico, pero con la finalidad de tener un mejor control en términos de seguridad".
La geopolítica del vínculo
Pero Griffiths también llama a mirar los intereses de la otra parte. El exjefe del Estado Mayor del Ejército asegura que "EEUU va a buscar un acercamiento más fuerte con Chile por razones geopolíticas, de competencia y confrontación global". Explica al respecto que "con un acercamiento importante con Argentina y Chile, lo que tiene, en definitiva, es un posicionamiento en el Cono Sur del continente americano, lo que le da ventajas estratégicas a Estados Unidos, partiendo porque tú tienes tres pasos intercontinentales en el extremo sur: el Estrecho de Magallanes, que nos pertenece íntegramente a nosotros y es un paso bioceánico, el paso del Canal Beagle y el Paso de Drake. Y por si aquello fuera poco, toda la proyección hacia la Antártica. En esa zona hay temas de cable submarino, de conexión al Asia Pacífico, de posicionamiento geosatelital…".
Desde su punto de vista, en Washington ya debe haber funcionarios pensando en esto. "La superpotencia que domina el Ártico y el Antártico va a tener una ventaja clara y nítida respecto a la otra. Entonces, este acercamiento de Estados Unidos con Chile y Argentina en el Cono Sur es de la mayor importancia de EEUU".
Hernández-Roy también destaca la relevancia que tiene para Washington la posibilidad de un vínculo más fuerte con nuestro país en un contexto regional. "Es posible que dentro de un año veamos a un grupo de líderes conservadores en América Latina: Javier Milei en Argentina, Daniel Noboa en Ecuador, Rodrigo Paz en Bolivia, posiblemente José Antonio Kast en Chile y quienquiera que gane en Colombia, manteniendo buenas relaciones con la administración Trump y construyendo lazos económicos y de seguridad más estrechos". 