Argentina ha entrado a una nueva etapa, en la que el Gobierno de Javier Milei buscará avanzar con reformas estructurales. Tras el control de la inflación y el desangre fiscal, Milei debe concentrarse en generar condiciones para atraer inversión y lograr un repunte productivo rápido.
Si bien el triunfo de su partido La Libertad Avanza en las elecciones legislativas, con casi 41% de los votos, le da capital político, no se traduce necesariamente en un cheque en blanco de parte de la ciudadanía.
“El apoyo público cambia rápidamente. Puede pasar que tengas el apoyo popular y que a los tres meses, si la gente siente que el Gobierno no hace lo que quiere o se dispara la inflación o el dólar, pierda apoyo”, advierte Mariel Fornoni, socia directora de la consultora argentina Management and Fit.
Sin embargo, el miedo a una nueva crisis y la falta de una opción sustentable desde la oposición le darían al Gobierno aire para avanzar con su agenda, agrega la analista.
El Ejecutivo comparte la sensación de urgencia y prepara los primeros proyectos de ley que presentará al Congreso que se instalará el 10 de diciembre, además de la discusión del Presupuesto 2026.
Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación, anunció que presentarán una reforma laboral, una tributaria, cambios al Código Penal y una Ley de Bases II para la “modernización de la Justicia, la reforma del Código Civil y Comercial y cambios en el sistema educativo”.
A excepción de la reforma tributaria, liderada por el ministro de Economía, Luis Caputo, la agenda de la Segunda Fase del Gobierno de Milei está a cargo del Consejo de Mayo. La instancia, formada en julio de 2024, es liderada por Sturzenegger, además de un delegado de las provincias alineadas, dos legisladores, un representante de la industria y otro de los gremios.
Para Fornoni, lo más probable es que el Gobierno se concentre en sacar reforma por reforma, en lugar de buscar cambios a gran escala, bajo la premisa de que, aunque tiene una posición más fuerte en el Congreso, aún debe negociar votos. Con las alianzas esperadas obtendría 104 diputados y 24 senadores, faltándole sumar otros 25 y 13 (respectivamente), que podrían provenir del peronismo de centro.
Los cambios
De los proyectos planteados, el que genera más expectativa es la reforma laboral, por el desafío que representa el poder de las centrales sindicales. Sus directivos ya advirtieron que no permitirán “la pérdida de derechos” y amenazan con movilizaciones.
Desde el sector privado dan la bienvenida a la reforma. Aunque no se ha presentado un borrador formal, el secretario del Trabajo, Julio Cordero, y el propio Milei adelantaron que buscará modernizar la relación entre trabajadores y empresas y reducir los costos del empleo.
Se plantean medidas como negociaciones colectivas por empresa, acuerdos flexibles de jornada y salarios, incluyendo ajustes por rendimiento y no por inflación, e incluso pagos en otras divisas.
“Es un excelente punto de partida para abordar problemas estructurales que afectan al mercado laboral argentino”, afirma Javier Sabin, socio de EY Argentina, quien destaca que la jornada laboral está regulada por una ley de casi cien años. Mientras, los convenios colectivos “funcionan como un corsé que limita el crecimiento de empresas con necesidades particulares”.
Uno de los puntos más esperados, especialmente entre las PYME, es poner tope a indemnizaciones, honorarios y costos en causas laborales. En Argentina se acusa una “industria del juicio laboral”, con altos costos para las empresas. “Este aspecto constituye uno de los principales obstáculos para la contratación formal, especialmente en el caso de las PYME, y su modificación es esencial para lograr los objetivos de la reforma”, apunta Sabin.
Consultado por la prensa, Sturzenegger explicó que buscan reducir la informalidad, hoy en torno al 44%.
Peso a peso
La resistencia sindical podría explicar la decisión de postergar una reforma previsional. Además, el Gobierno enfrenta una negociación delicada con los gobernadores por la reforma tributaria.
En una presentación ante la Bolsa de Comercio de Córdoba, Caputo afirmó que la reforma busca reducir el número de impuestos, aliviar la carga sobre las personas y simplificar el sistema. Milei agregó que se buscan eliminar al menos 20 impuestos.
Para las personas, el cambio que genera más expectativa es la promesa de reducir el Impuesto a las Ganancias, elevando el salario mínimo no imponible y las deducciones.
El impacto en la recaudación afectará la distribución de ingresos fiscales entre provincias, de ahí lo clave de la negociación con los gobernadores.
Además, Caputo planteó la idea de un “IVA dividido”. Hoy el IVA general es de 21%, con variaciones entre 10,5% y 27% según bienes y servicios. La propuesta es fijar una tasa federal de 9% y dejar a las provincias competir con tasas diferenciadas.
Para Sabin, lo importante es que el Ejecutivo logre un acuerdo con los gobernadores para reducir la carga fiscal total de las empresas: “Este pacto debería incluir impuestos federales, provinciales y tasas municipales, para crear un sistema impositivo más coherente, evitar la doble tributación y mejorar la competitividad y productividad del sector privado”.
En ese sentido, Milei dio el primer paso esta semana: el 30 de octubre convocó a la Casa Rosada al gabinete en pleno junto a 20 de los 24 gobernadores. Solo los cuatro kirchneristas, incluyendo Axel Kicillof de Buenos Aires, quedaron excluidos. Desde el Ejecutivo señalaron que el encuentro marca “una nueva etapa de diálogo y consenso con los gobernadores”.

Patricia Bullrich: la jugadora clave
Dentro del nuevo esquema del Gobierno, la hasta ahora ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, juega un rol clave. Tras ganar con el 50%, Bullrich se sumará al Congreso como Senadora por Buenos Aires.
Hasta ahora ha evitado referirse a la posibilidad de que asuma como presidenta del Senado, en reemplazo de Verónica Villarruel, distanciada cada vez más de Milei y su equipo. Pero su capital y manejo político, la perfilan con un rol de liderazgo en el Congreso.
“Obviamente que Bullrich es una aliada importante en el Congreso, sobre todo por el distanciamiento que hay con la vicepresidenta (Villarruel). De alguna manera la figura de Bullrich en el Senado va a ser realmente importante, porque tiene mucha experiencia, porque conoce a todos los actores y porque puede ordenar (las negociaciones)”, afirma Fornoni.