Orondos salieron a comunicar desde el Partido de la Gente (PDG) los resultados de su consulta interna. Un 78% optaba por votar blanco o nulo en la segunda vuelta presidencial, con lo que se ratificaba la posición voceada por la dupla Parisi-Jiles respecto a buscar estar en la papeleta a través de los votos no válidamente emitidos, pese a no haber estado entre las dos primeras mayorías. La locuacidad pronto amainó ante la sencilla pregunta de: ¿cuántos votaron? Pregunta natural ante cualquier elección o consulta, más aún si has decidido darle al tema como bombo en fiesta. La respuesta oficial fue que no se iba a comunicar la cantidad de participantes pues era información “sensible y estratégica” (las comillas son mías).
En otra ocasión esto habría pasado colado como una falta de seriedad más de todo lo que rodea al mundo Parisi, pero esta vez el escrutinio fue bastante mayor a lo habitual. Después de todo ya no estamos hablando de un candidato presidencial marginal con un par de votos en el Congreso. Ahora estamos frente a un excandidato que sacó 20% de los votos y en teoría el PDG es el partido bisagra en la Cámara para aprobar o rechazar cualquier proyecto.
Parisi estuvo a pocos votos de ponernos en la terrible disyuntiva de él o Jara. Si no fuese por un rendimiento comparativamente débil en la Región Metropolitana, el asalto a la papeleta de segunda vuelta y de ahí probablemente a la presidencia se habría concretado. ¿Usted vive en el barrio alto y como muchos no conoce a nadie que haya votado por Parisi? No se sienta mal, no es el único desconectado del país real y tampoco es tan raro: en Vitacura Parisi sacó 570 votos (0,82% de los votos) y en Las Condes y Providencia anduvo en torno al 2,0%. Cifras increíbles si se comparan con el resto del país.
Por esto es importante el accountability, palabra adecuada para su recurrente spanglish. Seamos francos, su track record (otra más) no es el mejor. En la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile donde llegó a ser vicedecano fruncen el ceño cuando se les recuerda que tuvo cargos directivos de importancia, en su paso de profesor universitario por Estados Unidos enfrentó una acusación de acoso, en el mundo de los negocios nadie ha quedado muy contento en el par de intentonas que ha hecho, inolvidables son los calzoncillos Hugo Boss que intentó pasar como gasto electoral entre otras boletas al Servel, y por supuesto la larga lucha que tuvo que dar su ex mujer persiguiendo una siempre esquiva pensión alimenticia. ¿Cuál es la actividad entre elección y elección? Asesorías en Estados Unidos, todas extremadamente confidenciales.
De todos y cada uno de esos incómodos bretes para cualquiera, Parisi salió jugando con maestría con su cháchara populista y su sonrisa extra alba. Ahora puede y debe ser distinta la lupa que se le pone sobre sus distintas acciones. Alguien que pretende ser un actor clave en el devenir público del país y muy probablemente aspirará nuevamente a la presidencia no puede escaparse siempre con medias verdades y con preguntas que quedan sin contestar. Por eso, pese a que han pasado algunos días y el tema salió de los titulares, vale la pena volver a hacer una pregunta fome, pero importante: ¿cuánta gente votó en la consulta del PDG? Nos merecemos una respuesta, por “sensible y estratégica” que sea esa información.