Dos veces debió reunirse ayer la comisión de gobierno de la Cámara Alta para lograr finalmente el despacho a la Sala de la polémica reforma constitucional que establece la elección directa de intendentes.
Pero ya en la primera tanda se advirtió que la iniciativa sería aprobada con los dos votos de la Nueva Mayoría, Andrés Zaldívar (DC) y Rabindranath Quinteros (PS), y del independiente Carlos Bianchi. Estos, desde el inicio de la sesión comprometieron su apoyo al proyecto frente a las abstenciones de la oposición representada por la presidenta de la instancia Ena von Baer (UDI) y su par Alberto Espina (RN).
Lo cierto es que el debate en esta significativa etapa de la tramitación del proyecto no varió de lo que ha sido en jornadas anteriores: un verdadero diálogo de sordos.
Mientras el oficialismo insistía en que sólo se está aprobando la reforma constitucional que permitirá la elección directa de la autoridad regional, desde la oposición -con la misma intensidad- reiteraban sus argumentos para rechazar la iniciativa.
El fundamento esencial para la postura opositora radica en que aunque se transfieran competencias, el gobierno central no transfiere poder al no entregar las herramientas para su ejecución.
Para insistir en su planteamiento, el mismo que ha repetido el último mes, el senador Espina se tomó poco más de 20 minutos al inicio de la sesión, anunciando que se abstendría en casi todo el articulado, salvo un par de incisos que rechazaría derechamente.
En la misma línea argumentó Von Baer. De este modo, en la mitad de la jornada ya se sabía que el proyecto sería aprobado en la comisión pese a los esfuerzos de la oposición por impedirlo.
Así lo confirmó el senador Zaldívar durante el receso, asegurando que “ya pasado el nudo gordiano, que es el artículo 111 que se fundió con el 112, que establece que se va a elegir al intendente, cosa que todos dijeron que estaban de acuerdo; luego, cómo se elige, con qué quórum y el procedimiento; y finalmente una ley orgánica va a determinar la forma cómo se va a hacer la elección y ahí se va a fijar la fecha seguramente, nos quedan sólo indicaciones que no tienen mayor trascendencia (…). El proyecto está aprobado, pero eso no quiere decir que hay que cantar victoria, porque hay que ir todavía a la Sala”.
Desde el punto de vista del senador, habrá que “ponerle todo el empeño”, tanto en la comisión como en la Sala, para avanzar lo más rápidamente posible en el proyecto de transferencias de tal manera que esté despachado a fines de año o a más tardar en enero, porque de lo contrario, “quiere decir que no va a haber elecciones en 2017”, debido a que ambas iniciativas tendrían un carácter vinculante, y “yo, me encargaré particularmente, de que las haya”.
Los cálculos del experimentado senador se basan en que el gobierno asegura que le pondrá suma urgencia al proyecto de transferencia (15 días por cámara), lo que admitió ayer mismo el ministro secretario general de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre, al terciar en el debate con la oposición y sostener que como gobierno “tenemos la completa convicción de que los nuevos gobernadores regionales deben tener competencias que incluyan la ejecución efectiva de ciertos servicios”. E insistió en que la reforma se debe aprobar ahora para poder elegir a la autoridad.
En este contexto, el titular de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre, expresó que la voluntad del gobierno es que la primera elección de intendentes se realice en 2017.
Al cierre de esta edición, la comisión de gobierno continuaba la votación de la reforma constitucional y algunos senadores proponían que de no terminar anoche se continuara votando hoy para que esta semana se despache la iniciativa y se pueda votar la próxima semana en la Sala, aunque -según reconocen en el gobierno- aún no se consigue amarrar los votos necesarios para su aprobación.