El ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, aseguró esta mañana que el gobierno no siente ni presión ni incomodidad ante las intervenciones que ha realizado el papa Francisco sobre la aspiración marítima boliviana.
Sumado al llamado al diálogo que realizó en su visita a Bolivia, en esta jornada el Pontífice afirmó que "no es injusto" que Bolivia tenga como anhelo una salida al mar y que una posible mediación entre ambos países es un "último paso".
"No nos sentimos presionados porque el Papa incluso dice en sus palabras que él no pretende inmiscuirse ni aparecer como si esto fuese presión. Además, reitera que es jefe de Estado y por ende debe tener mucho cuidado con sus palabras. Son palabras sabias", señaló el secretario de Estado.
Agregó que "no nos incomoda en la medida que el Papa tenga claro que aquí no hay ningún espacio para una mediación y el mismo lo reconoce (...) Aquí no hay nada que mediar porque aquí hay un tratado que fue firmado por los gobiernos, ratificado por los parlamentos".
En esa línea, el canciller sostuvo que es aceptable que un país pueda anhelar, pero una cosa distinta es entregar territorio porque "va en contra de un tratado".
Muñoz reiteró que Chile respondió positivamente al llamado al diálogo que realizó Francisco en su visita a Bolivia con la invitación a ese país de reanudar las relaciones diplomáticas, sin condiciones, a diferencia de su contraparte.
"Queda claro, de la otra parte, que no hay ninguna disposición. Lo que quiere Bolivia simplemente es que Chile ceda territorio para establecer relaciones diplomáticas y evidentemente eso no es aceptable y significa condicionar el restablecimiento de relaciones diplomáticas", sostuvo.