Como una cirugía de carácter menor desde el punto visto político, fue calificado el segundo cambio de gabinete impulsado por el presidente de la República, Sebastián Piñera, al cumplirse 16 meses de su administración.
Este ajuste comenzó a gestarse con fuerza hace dos semanas, tras la creciente presión de los partidos oficialista por mejorar la conducción política del gobierno, colocar la agenda del Ejecutivo por sobre el obstruccionismo de la oposición y detener la caída en la popularidad del mandatario que arrojaron distintas mediciones.
Pero, ayer el mandatario confirmó a la casi totalidad de los ministros políticos de La Moneda, removiendo de su cargo sólo a la secretaria general de Gobierno, Ena von Baer(UDI), quien tiene clara aspiraciones senatoriales según ha confesado a su entorno más cercano. Y, en su reemplazo, aterriza en La Moneda uno de los hombres “fuertes” e históricios de la UDI: el hasta ayer senador Andrés Chadwick.
La lectura de algunos habitantes de Palacio, es que en este “pasada” el gran vencedor fue el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter (RN), el que a pesar de las críticas desde el oficialismo a su falta de capacidad por liderar los temas políticos que preocupan al gobierno, el presidente decidió confirmarlo en el cargo. De hecho, fue el propio Hinzpeter quien antes de embarcarse de regreso a Santiago al concluir sus vacaciones en el Caribe deslizó su permanencia como jefe de gabinete.
Mostrar avances
Fiel a su estilo y decidido el ajuste, el presidente insistió en un aspecto: remover aquellos ministros sectoriales que, a su juicio, no fueron capaces de mostrar los avances de sus respectivas carteras y, por ende, los logros del gobierno. Uno de esos casos es Mideplan, donde los proyectos sociales liderados desde esa cartera como el Ingreso Ético Familiar ha permanecido en un segundo plano. De ahí que Felipe Kast (UDI) sale y en su reemplazo llega el también gremialista Joaquín Lavín, quien abandonó Educación.
De hecho, concluida la ceremonia de juramento en el salón Montt- Varas, el jefe de Estado se procupó de subrayar esta deficiencia.
“Hay muchas chilenas y chilenos que no perciben o reciben el impacto de lo que juntos estamos haciendo, pero sabemos que vamos por el buen camino y a paso firme”, afirmó el jefe de Estado.
Venia oficialista
Durante la semana pasada, el Ejecutivo comenzó los contactos con los presidentes de los partidos Carlos Larraín (RN) y Juan Antonio Coloma (UDI), respectivamente, para sondear los enroques y los nuevos nombramientos del gabinete.Confirmados estos cambios con los timoneles de la Alianza, el domingo por la tarde el mandatario llamó a cada uno de los ministros entrantes y salientes para informarles de su decisión. De hecho, para mostrar unidad frente a la decisión presidencial, los timoneles de la Alianza llegaron juntos a La Moneda al comité político donde se analizaron los cambios.
En tanto, trascendió que no se tuvo la misma deferencia con el saliente de Economía, Juan Andrés Fontaine, quien habría sido notificado por teléfono horas antes del ajuste. Esto quedó en evidencia cuando el mandatario agradeció la labor de los ministros salientes, allí dudó al nombrar a Fontaine y cuando lo recordó erroneamente nombrándolo como “Juan Antonio Fontaine”.
1Los enroques
Más que ingreso de caras nuevas lo que se dio fue un cambio de piezas al interior del gabinete. Así los ministros que se repetirán el plato, pero en distintas carteras son: Felipe Bulnes, Laurence Golborne, Joaquín Lavín y Hernán de Solminihac. A diferencia de su primer gabinete, el presidente Piñera dio un giro al privilegiar el perfil político por sobre el técnico. Cabe recordar que en su primer equipo de gobierno el mandatario nombró sólo a ocho militantes de los partidos, cuatro de RN y cuatro de la UDI, el resto eran independientes aunque algunos tenían marcada tendencia política. En esa oportunidad, Piñera afirmaba que no quería repetir los cuoteos políticos usados por la Concertación y que terminaría con el juego de la “silla musical”. Pero a 16 meses de esta administración, el escenario cambió rotundamente y así quedó demostrado en el ajuste de ayer, donde el número de militantes al interior del gobierno creció considerablemente, dado que siete secretarios de Estado son activos miembros de RN y otros siete de la UDI.
2el golpe de los coroneles
El aterrizaje de los históricos de la UDI Andrés Chadwick y Pablo Longueira en La Moneda fueron el gran golpe gremialista. Ello, luego que durante el transcurso del gobierno la tienda comandada por Coloma acusara constantemente de tener poca representación. Con la llegada de los coroneles se da paso a la expertisse política, pues de esta manera el jefe de Estado pretende potenciar la agenda del gobierno, posicionarla ante la ciudadanía y aplacar y contestar las duras críticas desde la oposición.
3El nuevo rol del portavoz
El ex senador Andrés Chadwick no será sólo el vocero de La Moneda, pues según explicó el propio Sebastián Piñera éste tendrá un nuevo rol al interior del gobierno que no tuvo Ena von Baer. Asumirá funciones de jefe de gabinete y de ministro de la Segpres, pues entre sus tareas estará “conducir el diálogo al interior del gobierno, con la sociedad civil, con el Congreso y con los partidos”, no sólo de la Coalición por el Cambio sino también con la oposición.
En este marco se espera que el nuevo ministro de la Segegob además se convierta en el nuevo negociador con el Congreso.
4los presidenciables
Con el nuevo ajuste ministerial Laurence Golborne quedó como primero en la lista de partida en la carrera presidencial. Es que “tendrá la vitrina pública para cortar cintas”, comentaron en el oficialismo, lo que lo posicionaría aún más ante la ciudadanía. En tanto, Joaquín Lavín también se verá beneficiado con su traslado a Mideplan, porque saldrá del ojo del huracán dado que las movilizaciones estudiantiles lo hicieron caer 24 puntos en la encuesta Adimark de junio pasado. Asimismo, entró en carrera Pablo Longueira, quien tendrá no sólo vitrina política sino que podrá potenciarse el nicho de los “pequeños emprendedores”.
5el triunfo de hinzpeter
Pese a los fuertes llamados de la UDI para que removiera al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, éste logró sortear con éxito el clamor gremialista, pues Piñera decidió mantenerlo en su cargo. Aunque advierten que su permanencia en el gabinete será compleja, pues no cuenta con respaldo del partido de calle Suecia. Además, deberá compartir funciones con el actual vocero Andrés Chadwick, quien tiene por misión abrir el diálogo con la oposición, tarea en la que Hinzpeter está al debe.
6la sopresiva salida de fontaine
La salida del ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, fue una de las sorpresas de los cambios. El ex secretario de Estado dejó el gobierno molesto, pues la agenda de Impulso Competitivo de 50 medidas no será implementada por él. Por su parte, la llegada de Longueira tendrá como objeto potenciar la micro, pequeña y mediana empresa, lo que desde ya adelantan desde el oficialismo de seguro le traerá roces con el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien tuvo innumerables diferencias con el ex ministro Fontaine.
7Las carteras complejas
Pese a que el Ministerio de Educación ha sido históricamente una de las cartera más complejas, desde el oficialismo confían en Felipe Bulnes y sus habilidades para llegar a acuerdo con la oposicón, tal como lo demostró tras lograr acuerdos transversales con la reforma carcelaria. En este punto, esperan que sea el gran articulador para que se aprueben en el Congreso las reformas a la educación superior que serán enviadas próximamente al Parlamento y para desarticular las movilizaciones estudiantiles. En tanto, el recién asumido ministro de Energía, Fernando Echeverría, también tiene una tarea compleja, pues en sus manos está el “avanzar hacia una matriz energética no solamente más grande, sino que también más limpia, más segura y más económica”, según le encomendó Piñera. Cabe destacar que el actual ministro al entrar al servicio público el 11 de marzo de 2010 dijo que sólo participaría en el gobierno por un año, promesa que quedó sin efecto ayer cuando asumió el mando de uno de los ministerios más complejos. Allí deberá enfrentar por ejemplo el rechazo al trazado que tendrá la línea de transmisión de la mega central hidroeléctrica, Hidroaysén. Cabe recordar que la aprobación de la construcción de la central tuvo innumerables y numerosas manifestaciones por parte de la ciudadanía a nivel nacional.