Por Angela Chávez M.
Tan expectante como los mismos candidatos, está el director del Centro de Opinión Pública del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Robert Funk, respecto de los resultados de las primeras primarias legales que se realizan en el país. De ahí que reconoce que es “imposible” hacer proyecciones, y aunque se aventura a señalar que Claudio Orrego saldría segundo, dice que con Velasco “uno no sabe qué podría pasar”.
- ¿Cuánta gente espera que participe de las primarias?
- Imposible. Lo que han dicho todos, que básicamente concurrirá cerca de un millón. Otros han dicho que dos millones sería un gran éxito. A mí me molesta un poco esta idea de éxito o fracaso. En la lógica del voto voluntario, hay que respetar a la gente que dice que no le interesa, y si no salen a votar no es un fracaso ni un éxito del sistema electoral, es un fracaso o éxito de los candidatos y los partidos políticos. Con el voto voluntario hay un mercado, hay una oferta y una demanda y si la gente no compra es porque la oferta es mala. Entonces si votan 500 mil personas, no tenemos que decir Chile o la democracia está en crisis o que el sistema es un desastre. Lo que tendrían que decir los partidos políticos, es qué podemos hacer para lograr que voten por nosotros.
- ¿Y lo que ocurra este domingo marcará una precedente para noviembre?
- No, porque esto es como las Municipales donde la gente vota muchas veces por motivos muy distintos. Por ejemplo, en Providencia la gente salió a votar para sacar a Labbé, entonces son distintas dinámicas. Vamos a tener que tener varios ciclos electorales para después saber cómo funciona este nuevo sistema.
- Según la encuesta MORI los ganadores de las primarias serían Bachelet y Allamand, ¿es un escenario posible?
- Sí, puede ser. Pero la UDI tiene la capacidad de echar andar una máquina muy fuerte y conociendo un poco la organización de los partidos tiendo a pensar que la UDI va a tener una ventaja.
- La directora de MORI dice que una contienda entre Bachelet y Allamand sería “poco competitiva”...
- Si Michelle Bachelet gana la primaria con algo así como un 75%, es una señal de fuerza muy potente, pero no hay una relación directa con el apoyo que podría tener a nivel nacional. Además, podría tener un efecto boomerang en el sentido de cómo reaccionan las otras candidaturas, sectores y partidos a su derrota.
- ¿Y eso qué significa?
- Por ejemplo, cómo se ponen a negociar su apoyo, qué es lo que piden, con cuánta fuerza se los va a escuchar. Tanto la DC como algunos sectores que apoyan a Velasco esperarían que al negociar su apoyo a la candidatura de Bachelet van a hacer cierta exigencia o pedir ciertas cosas como por ejemplo, cuánta incidencia va a tener el Partido Comunista en un futuro gobierno. Y si Bachelet gana con un porcentaje tan alto, ella tiene bastante razón en decir: saben ustedes si quieren se suman o no, yo aquí soy la líder, yo tengo el apoyo y puedo tomar esas decisiones. Creo que no va a ocurrir eso. La lógica de meter al PC responde a sumar todo lo posible porque se necesita el 50 más uno. Además, ella tiene el problema adicional que su voto va a estar dividido en la primera vuelta por la presencia de ME-O y Marcel Claude. Eso genera una tensión: gané el 75% pero a la vez quiero obtener el apoyo de ustedes y sus votantes, cómo se comporta eso; si produce alguna división, si hay DC que dicen que ese escenario no les gusta y prefieren a Allamand, ahí está la tensión y la incertudumbre.
- Usted alguna vez puso en duda la credibilidad del discurso ciudadano de Bachelet, ¿a qué se refería?
- Ella siempre tuvo un discurso como aparte de los partidos, un poco personalista.Es parte de su manera de hacer política, donde destaca más su biografía, trayectoria y como ella mismo dijo: había que pensar en los ciudadanos al pensar cualquier política pública. No dudo de su sinceridad, pero me pregunto de la capacidad de efectivamente de hacerlo. En la política, en general, en un sistema de democracia representativa en algún momento entregamos nuestro voto a alguien para que haga algo, y ese alguien nombra a otros alguienes para que hagan cosas. Es verdad que la ciudadanía cada vez tiene menos paciencia, cada vez quieren tener más incidencia en el proceso de toma de decisiones. Entonces, parte de lo que estamos viendo hoy es cómo el proceso político se ajusta a un ambiente, a una demanda donde la gente pide más participación.
El segundo lugar
- En el último debate quedó en evidencia que la pelea es por el segundo lugar, ¿qué le ha parecido la performance de Claudio Orrego?
- La gente vota por distintos motivos, a veces vota por el candidato que encuentra más simpático y con el cual siente más afinidades. Pero Orrego tiene posturas en temas valóricos más conservadoras y en una coalición más amplia, con sectores más de izquierda, creo que esa gente por más simpático que sea Orrego no va a votar por él. Pero le fue bien, se mostró capaz y relajado.
- ¿A diferencia de Velasco?
- No encuentro que Velasco haya estado poco relajado. Llama la atención que haya aparecido enojado. Creo que su estrategia fue tratar de representar la opinión de un sector de la población que está indignada, eso está bien pero no puedes hacer campaña así. Esto lo vimos en la polémica por las primarias, lo que fue una especie de pataleta y ha seguido un poco en esa línea. Se presenta como una persona que está fuera de los partidos, esa es su narrativa, pero eso tiene un límite.
- En esta disputa, ¿Velasco puede quitarle votos a Allamand?
- Hay elementos dentro de la derecha que no han estado conformes con este gobierno y piensan en un candidato más de centro, que les de garantías particularmente en materia económica y eso representa Velasco. Al mismo tiempo, Allamand se ha tirado a la derecha, las primarias hacen eso, obligan a los candidatos a hablarle a sus bases, y Allamand incluso se ha alejado de las posturas de centro que tuvo por muchos años. Entonces, probablemente, hay gente de centro derecha que se sentiría más cómodo con Velasco, que es el heredero más fiel del legado de la Concertación, el único que no se está tratando de alejar o hacerse leso respecto de lo que hizo la Concertación durante 20 años y que hizo bien. No dice que no haya que mejorar cosas, pero tampoco se tira con lineamientos radicales, esa es una postura valiente dentro de lo que es el contexto electoral y de lo que es la nueva alianza.
- Entonces, ¿quién corre con ventaja para el segundo lugar?
- Basándome en el hecho que Orrego tiene el apoyo del partido y por tanto tiene la posibilidad de utilizar esa máquina, Orrego. Pero insisto, con Velasco uno no sabe qué podría pasar, porque podría captar un cierto porcentaje de ese voto de la centro derecha frustrada.
Franjas sin presupuesto y cinematográficas
- ¿Qué le pareció la franja de los candidatos después de tanta polémica para su difusión?
- Quedé impactado. No tengo información de si las campañas tuvieron certeza de que iba a haber franja y por lo tanto, cuánto tiempo tuvieron para armarlas. Pero la franja de Gómez y Orrego me parece como si fueran filmadas de un día para otro, sin mucho presupuesto e imaginación. Dicho eso y bajo las misma condiciones de información, me parece que la franja, particularmente la de Michelle Bachelet, fue una cosa cinematográfica, muy bien hecha, profesional y se nota que tienen presupuesto. La de Velasco también, pero menos, y por supuesto centrada en su figura. El de Bachelet sigue siendo un discurso ciudadano y de alguna manera comunica que ella es una especie de vehículo, de canalización de la voluntad ciudadana. En las candidaturas de derecha también se nota un esfuerzo pero con menos imaginación, son más tradicionales.
- ¿En la franja del primer día llamó la atención el guiño de Allamand a Carabineros, cuando además está peleando el voto de centro?
- Son primarias y él tiene que ganarse el voto duro, el voto de centro viene en la elección. Él quiere ser el abanderado de la derecha y para eso tiene que ganarse algunos votantes UDI. Después, si logra ganar, tiene que hacer un giro hacia el centro y si bien es difícil y lo puede hacer, es poco creíble, la gente no se lo compra.