Política

Zaldívar y su rol en acuerdo tributario: “Me siento chef de cocina, no cocinero, por lo que se logró”

El legislador se hace cargo de las críticas que surgieron tras la firma del polémico protocolo, tanto desde la derecha como desde la Nueva Mayoría.

Por: Claudia Rivas Arenas | Publicado: Miércoles 30 de julio de 2014 a las 05:00 hrs.
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El parlamentario es un férreo defensor de los acuerdos, no por nada jugó un rol significativo en el protocolo que la Nueva Mayoría suscribió con la derecha en materia tributaria. Y, paralelamente, al interior de la DC comparte la postura de que su partido debe mostrar “identidad propia”, en el marco del respeto mutuo; rechaza tajantemente que exista una disidencia en la tienda y así lo refleja en conversación con DF: “hay un solo partido, que está representado por la directiva. Y tienen que tomar nota los que hoy aparecen como disidencia. De una vez por todas, terminen con ese tema, porque todo el partido tiene que estar detrás de la directiva. Pero esto que aparezca un grupo que tiene una especie de directiva de facto frente a una oficial, ¡eso no es aceptable!


-Pero ellos se autodenominan así, no fue inventado.

-Mal hecho. Es un error de parte de quién sea. No soy parte ni de la disidencia ni de la directiva, soy parte del Partido Demócrata Cristiano y todos somos parte del partido. Y una de las cosas que tenemos que tomar nota, es que lo que nos exigen los dirigentes de base es una posición unitaria.

-¿Comparte, entonces, el discurso de Martínez?

-Sí, en parte importante, a pesar que creo que se lo interpretó mal en una parte, en la cual se creyó que estaba postulando el camino propio, lo cual no es cierto.

-Pero sonaba así.

-Pero la interpretación fundamental, que también es una postura casi unánime porque se vio en el propio voto político, es que el partido tiene que hacer presente su identidad, con respeto al resto de la Nueva Mayoría, como a su vez tenemos que exigir respeto a nosotros. La tesis de Gutenberg Martínez es válida.

-Resulta que la disidencia justamente difiere de la directiva en cómo mostrar estas diferencias frente al gobierno.

-Cometen un error, porque hacen mucho esfuerzo para tratar de diferenciarse de la directiva y eso no tiene ningún sentido.

-¿No hay un tema de fondo?

-No estoy de acuerdo con lo que dijo mi amigo Aldo Cornejo, que habló de llorones y de chauvinistas ¡no pues! En la DC no hay ni llorones ni chauvinistas, hay demócrata cristianos. Y no es bueno que alguien diga eso. O que algunos somos más progresistas y otros más conservadores, eso tampoco es cierto. Los democratacristianos todos somos parte de la NM y apoyamos a este gobierno. Y nuestro aporte es, por supuesto, con nuestra propia identidad.

-Pero esa identidad de la DC es lo que genera cierta incomodidad en algunos de sus socios, por no decir en todos.

-No debiera provocar ninguna molestia, porque a mí no me provoca molestia la identidad que tenga cada uno de los partidos de la NM.

-¿Cómo el PC, por ejemplo?

-No me molesta. Ellos tienen su propia identidad y yo se las respeto. Hay cosas que tenemos que hacer de común acuerdo y otras en que no lo estamos. Y en el programa no hay nada que nos desuna.

-¿No siente que hay una tensión entre la DC y el gobierno cuando el partido trata de marcar su identidad?

-Algunos reaccionan como si hubiera molestia. Yo les digo que es mejor que no lo hagan, porque yo tampoco me molesto cuando ellos plantean su propia identidad, al contrario, soy respetuoso de la visión que pueda tener el PC, el PS, el PR, etcétera. Tenemos un programa común y una alianza de gobierno y en eso no tenemos diferencias. Podemos tener diferentes énfasis. Algunos dicen que no son partidarios de la política de acuerdos.

-¿Qué opina sobre eso?

-Nadie puede estar en contra de que la mayor cantidad de gente esté de acuerdo con uno en los temas que cree. El otro día pensaba en esto de qué debe hacerse cuando uno tiene la mayoría. ¿Cuál es la fuerza de tener la mayoría? No es votar porque sí, sino que el otro sepa que yo puedo hacerlo, pero prefiero que él también se convenza de la necesidad de hacerlo junto conmigo. Y entendí el lema del escudo nacional: por la razón o la fuerza. Tiene sentido, primero ojalá, por la razón lleguemos a acuerdos, y si no, se aplica la fuerza del voto. Pero primero razonando. Para que nadie sienta que uno quiere arrasar con ellos.

Los acuerdos 


-¿La tesis de la retroexcavadora no corre?

-No, creo que esa fue una expresión simbólica, así como yo hice lo de la “cocina”. Son temas que muchas veces se extrapolan más allá de lo que corresponde a su real sentido. El tema de los acuerdos es algo a lo que nadie puede oponerse, lo importante cuando se busca un acuerdo es no renunciar al objetivo que se está buscando.

-¿Y cree que no renunciaron? 

-Cada uno busca explicaciones para aclarar por qué estuvo o no estuvo en el acuerdo. Lo único que te puedo decir es que, efectivamente, para nosotros fue un gran éxito que los partidos de derecha –primero Renovación Nacional y después la UDI, y eso me causó sorpresa-, reconocieran la necesidad de aprobar una reforma que produjera US$ 8.200 millones, que es una reforma estructural y que se hicieran cambios profundos al sistema tributario. ¿Y quiénes se subieron a eso, nosotros o ellos? Entonces, no es un problema de sacarles pica, no, razonamos. Y, es mi propia reflexión, dijeron: si ellos tienen los votos y van a hacer algo, hagámoslo juntos y tratemos de que algunas observaciones que tenemos para mejorar el proyecto, puedan ser reconocidas. Y en algunos temas ellos aportaron, pero la mayoría de las cosas que están en el protocolo –y hoy lo confieso- ya habían sido acordadas previamente con el ministro de Hacienda entre Carlos Montes, Ricardo Lagos y el que habla. Le hicimos toda una propuesta que él recogió y después fue a hablar con la derecha.

-¿Entonces el protocolo tenía más un sentido político que técnico?

-Siempre he creído que, incluso en las reformas, es mucho mejor para el país que tengan el más amplio consenso posible, porque no se hacen para un gobierno, sino para un tiempo largo. ¿Por qué el ministro pudo llegar a un acuerdo con la derecha? Porque ya había llegado a acuerdo con nosotros.

-Algunos critican que la renta atribuida ahora sea voluntaria, porque nadie en su sano juicio va a querer pagar impuestos si puede evitarlo, dicen.

-No es que no vayan a pagar impuestos, es que se someten a un sistema distinto de tributos. El que se va por la renta atribuida paga menos tributo que el que se va por la renta integrada parcialmente. El que se acoja a un determinado sistema tiene que permanecer en él durante un determinado tiempo, de acuerdo con la legislación que vamos a aprobar.

-A propósito del protocolo de acuerdo y del objetivo logrado, ¿hace algún mea culpa respecto de su comentario acerca de la “cocina” de la reforma?

-Sí, porque creo que fue muy mal entendido. Efectivamente cuando uno busca acuerdos, no se hacen vox populi, se hacen en un lugar donde se puedan discutir e intercambiar ideas, con una condición: que el que lo hace esté mandatado y tiene que cumplir el mandato. Pero cuando lo dije el término, se interpretó como una cosa que uno hace escondido. No, cuando me dicen eso, yo digo no, yo me siento chef de cocina, no cocinero, por lo que se logró: un muy buen plato que, a su mandante, le tiene que haber gustado y cuando lo hicimos, lo hicimos de cara a la gente. Nunca se ha discutido una ley, que yo tenga recuerdo, con la apertura que lo hicimos nosotros en la Comisión de Hacienda. Entonces, cuando hice el símil de la cocina, fue en referencia a la preparación de búsqueda del acuerdos, porque ahí no pueden estar todos, pero sí se tiene que estar mandatado. Yo nunca hice nada sin un mandato. En la Nueva Mayoría, junto con Ricardo Lagos y con Carlos Montes, fuimos mandatados por los presidentes de los partidos y por los jefes de comité de senadores para representarlos.

"Llegado el momento hay que aplicar el lema del escudo"Imagen foto_00000003-Los diputados se sienten ninguneados en el proceso del acuerdo.
-Se sienten un poco ninguneados, porque se podría haber hecho un trabajo prelegislativo más intenso, pero gran parte de las reformas que se hicieron, sobre todo en los impuestos acompañantes, fueron ya planteadas en la Cámara.
-En la derecha tienen reparos con el acuerdo y en la NM temen reeditar la política de los consensos, ¿Es posible avanzar bajo este mismo esquema en educación y constitución?
-Llegado el momento, insisto, hay que aplicar el lema del escudo nacional: por la razón o la fuerza. Primero la razón, si el otro me dice que está de acuerdo para qué discutir. Ya se vio en el proyecto del administrador provisional, que se aprobó por unanimidad, ¿y eso es malo?. Si en la reforma educacional se abren espacios sin modificar el objetivo; si logramos ponernos de acuerdo para terminar con el lucro, la selección y el copago, y establecemos plazos y fórmulas, bienvenido. Si no, está la mayoría. Soy partidario de hacerle caso al emblema nacional.
-¿A qué atribuye que haya sectores de la NM que se opongan a los acuerdos?
-No sé cuál es la razón o si acaso es nada más que una estrategia. No me gusta eso. Y no me avergüenzo de los cuatro gobiernos de la Concertación en que hicimos buenos acuerdos y avanzamos. Hoy día estamos en un nuevo ciclo político, como ha dicho la Presidenta, donde tenemos que avanzar más todavía.

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