Luego de que los senadores estadounidenses no llegaran a un consenso en las negociaciones sobre un proyecto de ley de gastos el 1 de octubre, Washington se precipitó al primer cierre del Gobierno en siete años y el más largo en la historia del país. Con casi 36 días de duración, el shutdown ya está sacudiendo la economía más grande del mundo.
Los analistas estiman que cada semana que transcurre le cuesta a la economía entre US$ 10 mil millones y US$ 30 mil millones. Los cálculos promedio están en US$ 15 mil millones. Este golpe a la principal potencia del mundo se acopla a las preocupaciones que ya muestran los ciudadanos: la inflación, las perspectivas laborales y una economía más frágil que hace siete años.
A diferencia de cierres anteriores, las repercusiones se han extendido más allá de la suspensión de empleados federales, afectando a millones de estadounidenses que perdieron o vieron recortados los acceso a ayudas sociales.
“Históricamente, la experiencia demuestra que los cierres del Gobierno no provocan catástrofes”, afirmó el economista senior para Estados Unidos de Barclays. Jonathan Miller, a Bloomberg. “Esta vez podría ser diferente”.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, su siglas en inglés) señaló que el cierre tendrá un impacto negativo sobre la actividad económica que se intensifica a medida que la paralización se prolonga. La estimación apunta a que el crecimiento anualizado del PIB real se podría reducir entre 1 y 2 puntos porcentuales.
Pese a que la agencia prevé que en todos los escenarios después del cierre la actividad económica crecerá temporalmente en los primeros meses después de levantada la medida, la pérdida económica oscilaría entre US$ 7.000 millones y US$ 14.000 millones, de los cuales una fracción no se recuperará.
En cuanto a la tasa de desempleo, esta podría aumentar 0,4 puntos porcentuales durante el cierre debido a que la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) considera desempleados a los 650 mil funcionarios suspendidos temporalmente.
Suspensión de informes
Tras el cierre, el flujo de datos clave se detuvo. La agencias, como la BLS, la Oficina de Análisis Económico y la Oficina de Censo, suspendieron la recopilación y distribución de casi toda la información.
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, dijo en una conferencia de prensa tras el anuncio de la rebaja en las tasas que la suspensión de los reportes "está nublando la visión de la Fed" sobre la economía, usando la metáfora: “Si estás conduciendo en la niebla, tienes que reducir la velocidad”.
Además, señaló que aunque la actividad económica sigue en expansión moderada, los datos oficiales se han retrasado y la Fed tendrá que apoyarse más en estadísticas privadas y encuestas propias para tomar decisiones.
Los datos elaborados en el sector privado continúan publicándose: este miércoles ADP Research informó que las nóminas del sector privado aumentaron 42 mil, tras una revisión que mostró una caída de 29 mil el mes anterior. La estimación mediana en una encuesta de Bloomberg entre economistas apuntaba a un incremento de 30 mil.
Materias primas
El cierre del Gobierno de EEUU también ha impactado los mercados de materias primas. En Chicago, los precios del maíz y la soya retrocedieron, mientras que el trigo borró las ganancias iniciales, en medio de la falta de información oficial sobre las ventas de exportación a China y otros destinos. El grano llegó a tocar un máximo de tres meses tras conocerse la semana pasada que China retomó consultas para adquirir trigo estadounidense por primera vez en un año, luego de una tregua comercial entre ambas potencias.
Sin embargo, las operaciones que superan las 100 mil toneladas, que normalmente el Departamento de Agricultura (USDA, su sigla en inglés) reporta en un plazo de 24 horas, permanecen suspendidas debido a la paralización federal.
Analistas de Hightower Report advirtieron que “para un mercado con alta demanda, la falta de datos sobre exportaciones representa un problema relevante”. Según el informe, cuando se reanuden las actividades del gobierno podría producirse una “avalancha de datos” sobre demanda que impulse los precios al alza hacia fin de mes.
La USDA afirmó que el próximo informe mensual de oferta y demanda agrícola se publicará el 14 de noviembre, tras la cancelación del de octubre, ampliando la incertidumbre.
Aerolíneas
Uno de los sectores más afectados es el de las aerolíneas: el cierre tiene a miles de trabajadores esenciales suspendidos o trabajando sin sueldo, lo que ha forzado a la Administración Federal de Aviación (FAA) a reducir sus operaciones.
Las compañías aéreas reportaron que más de 3,2 millones de pasajeros han sufrido el impacto por cancelaciones o retrasos en los vuelos por escasez de controladores aéreos. Desde Airlines America, que representa a American Airlines, United Airlines, Delta Air Lines, JetBlue Airways y otras grandes compañías aéreas, dijo que el 16% de los retrasos se debieron a problemas de personal en octubre, frente al 5% habitual antes del cierre.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que de continuar la paralización, se evaluaría cerrar partes del espacios aéreos debido a la falta de personal. No especificó que zonas podrían verse afectadas.
La Asociación de Viajes envió una carta este lunes exigiendo al Ejecutivo cesar del cierre antes del éxodo masivo de viajes por Acción de Gracias. "Los daños provocados por este cierre aumentan por momentos, con un 60% de los estadounidenses reconsiderando sus planes de viaje", señaló.
Programas sociales
El acceso a alimentos de millones de estadounidenses también está en riesgo. La USDA confirmó para noviembre una reducción de 50% en las ayudas del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, su siglas en inglés), que beneficia a 42 millones de personas.
Si bien el Presidente Trump había anunciado previamente que las ayudas sociales del SNAP no se entregarían hasta que los demócratas en el Congreso aceptaran poner fin al cierre del gobierno, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que el gobierno restablecería parcialmente los beneficios, aunque “llevará algún tiempo”.
Al mismo tiempo, el acceso a la salud se enfrenta a un panorama similar: 20 millones de personas compran su seguro médico a través de los mercados de la Ley de Cuidado de la Salud Asequible (ACA) –conocida como Obamacare–, que ahora enfrenta un aumento drástico de sus primas, justo en medio del período de inscripción para 2026. Según la fundación KFF, los costos del seguro podrían duplicarse si el Congreso no renueva los subsidios fiscales que vencen este mes, uno de los puntos más conflictivos del debate presupuestario.
El programa social Head Start, que financia jardines infantiles y la educación primaria para familias de bajos ingresos, corre el mismo riesgo que las ayudas de alimentos y salud. La asociación a cargo advirtió que más de 65 mil niños en 41 estados podrían perder el acceso a estos servicios por falta de fondos estatales.
El frente judicial enfrenta sus propias consecuencias: tras agotar sus fondos de reserva el 17 de octubre, los tribunales federales comenzaron a reducir sus operaciones, suspendiendo parte de su personal y priorizando solo causas urgentes. Aun así, más de 40 litigios de alto perfil vinculados a las políticas del presidente Donald Trump continúan avanzando, luego de que varios jueces rechazaran las solicitudes de aplazamiento presentadas por el Departamento de Justicia.