Roberto Sapag
Enviado especial a Madrid, España
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Los menores precios de los commodities, el progresivo retiro de la liquidez a nivel mundial y el estrechamiento del mercado laboral que se está observando en algunas de las naciones de la región están conformando un nuevo entorno para América Latina, el cual demandará de sus países acciones para elevar su potencial de crecimiento y aumentar sus tasas de ahorro.
Ese es el diagnóstico reseñado en esta ciudad por la subdirectora general de Estudios de Banco Santander Alejandra Kindelán, quien estima que si bien la región ha consolidado progresivamente una institucionalidad sólida, aún puede acometer reformas en los ámbitos fiscal (para ampliar el nivel de ingresos y solventar un mayor Estado de bienestar), energético (para aumentar la inversión privada) y laboral (que permita reducir la informalidad).
Kindelán dice que la región ha tenido buenos desempeños en los últimos años gracias al “viento de cola” que concedieron el impulso de China, la abundante liquidez y la disponibilidad de mano de obra, cuestiones que están perdiendo vigor y que deben llevar a emprender acciones.
Respecto de Chile, la economista dijo que la entidad prevé crecimientos de 4,7% y 4,2%, para éste y el próximo año, e inflaciones de 1,9% y 2,8%, respectivamente para dichos años. Lo anterior en un contexto en donde la entidad anticipa tasas de crecimiento para el mundo de 3,4% en 2013 y de 3,8%, el próximo año.
Mapa de retos
La economista también identificó los desafíos que deben encarar las grandes economías del planeta. Respecto de China, dijo que el gigante asiático debe enfrentar su desaceleración entendiendo que ya no crecerá tanto de la mano de la inversión, sino que más bien del consumo. Ello supone hacer reformas para liberalizar la economía, cambiar la gobernanza, encarar el problema del envejecimiento poblacional y elevar la productividad de una mano de obra que migrará de la industria a los servicios.
Para la Eurozona, que ha avanzado en múltiples dimensiones (integración fiscal, bancaria, mecanismos de resolución), Kindelán cree que se deberá poner más foco en el crecimiento de corto plazo por sobre el ajuste de las naciones periféricas. La economista detuvo la mirada en España, país que estima cerrará con un desempeño recesivo en la economía de 1,5% este año, para volver al crecimiento en 2014 (0,7%) y 2015 (1,5%).
Lo anterior, dijo, de la mano de un ajuste silencioso (con reformas laborales, al Fisco y las pensiones, entre otros) que ha mejorado los cimientos de la economía, con desendeudamiento del sector privado, aumento de la competitividad y un robusto crecimiento de las exportaciones. A su juicio, estos cambios están dando resultados, ya que el país ha pasado de un déficit de cuenta corriente de 10% a un superávit y ha logrado avanzar sustantivamente en el ajuste en el sector inmobiliario, entre otros.
Finalmente, Kindelán afirmó que EEUU ha estado gestionando de manera adecuada el delicado proceso de retirar parte de la extraordinaria liquidez introducida. A su juicio, es efectivo que esto ha creado volatilidad a nivel de algunos mercados, pero enfatizó que el proceso obedece más bien a un ajuste de expectativas que a una situación que pueda derivar en trastornos mayores.
Reforzamiento de capital, provisiones y liquidez
En Banco Santander España aseguran que pese a que el país ha vivido un ajuste duro en los últimos meses, la entidad ha logrado reforzar sus cuentas en materia de liquidez, capital y provisiones. Es un proceso de fortalecimiento que si bien no ha sido indiferente en resultados, ha ido acompañado de aumentos en cuota de mercado.
El director financiero José Antonio Alvarez, destacó que en la posición de solidez de la entidad destaca su actual diversificación de negocios, donde los mercados emergentes generan 55% de los resultados; España y Portugal 13% y otros un 32% (con Reino Unido representando un 12% del total). Sobre A. Latina dijo que la meta es desarrollar organizaciones comerciales fuertes para aprovechar el crecimiento de las clases medias y la mayor bancarización.
En el caso de Chile (donde la mayor presión regulatoria es una variable a la cual el banco se adapta), las metas son ganar cuota en las fuentes de ingreso gestionando volúmenes, spreads y comisiones; mayor foco en PYME, altas rentas y empresas; mayor cuota de mercado en el ahorro y énfasis en calidad de servicio.