por sebastián valdenegro toro
El Banco Central aumentó su proyección de déficit de cuenta corriente a 4,7% del PIB a diciembre, versus el 4,4% esperado en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo. Esto debido a flujos de inversión dirigidos hacia el sector minero financiado por inversión extranjera directa, la caída del precio del cobre que generó menores exportaciones y el alza en las importaciones de bienes de consumo y de capital, lo que compensó la desaceleración de la demanda interna.
A pesar de que este ha sido un “factor de preocupación” en los últimos IPoM, el déficit debería tender a amortiguarse en el mediano plazo e, incluso a acotarse, debido a la menor expansión de la inversión y la depreciación del tipo de cambio, destacó el instituto emisor.
“En los últimos meses han comenzado a producirse algunos de los ajustes necesarios para corregir esta situación: el tipo de cambio real se ha depreciado y la demanda interna se ha desacelerado. Ello contribuirá a reducir el déficit de cuenta corriente a mediano plazo, más allá de los efectos transitorios de las fluctuaciones de los términos de intercambio”, explicó el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara.
De hecho, el ente rector revisó al alza sus proyecciones de exportaciones de bienes y servicios, desde un alza anual de 3,1% en el IPoM de marzo a 3,8%, mientras que recortó sus pronósticos para el aumento de las importaciones, desde 5,9% a 5% en relación al informe presentado en marzo.
Escenario de riesgo
A pesar de la estimación de que el déficit tienda a estabilizarse en el mediano plazo, el instituto emisor puso una cuota de precaución.
Es que de darse ciertas condiciones, el escenario para el déficit de cuenta corriente podría dejar de ser beningo.
“Este riesgo adquiere mayor relevancia si se intensifica la caída del precio del cobre, se deterioran las condiciones de financiamiento externo y se mantiene una demanda interna dinámica”, advirtió Vergara.