La situación fiscal hoy es estrecha y así lo dio a entender el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, ante la comisión Mixta de Presupuestos la semana pasada, al ajustar al alza el déficit fiscal efectivo esperado este año, situándolo en un 3% del PIB desde el 1,9% con que se construyó la Ley de Presupuestos de este año.
Este nuevo escenario -uno de los principales caballitos de batalla de Valdés para fundamentar la “racionalización” de los recursos para proyectos específicos- no sólo será tema este año, sino que una realidad con la cual tendrá que lidiar el país durante todo lo que resta de década.
Así, por lo menos, se desprende de las proyecciones del mercado. Acorde a las estimaciones de la banca de inversión consultada por LatinFocus Consensus Forecast en julio, el país anotará déficit fiscales efectivos en cada uno de los años hasta 2019, contemplando siete ejercicios en hilera con saldo negativo en las cuentas del Estado. Esto, considerando que en 2013 se inició la racha con un déficit efectivo de 0,6% del Producto.
En el LatinFocus de junio, los expertos anticipaban que el registro negativo en las cuentas fiscales duraría sólo hasta 2018, para anotar un superávit de 0,3% del PIB en 2019.
Esta proyección da como resultado que la deuda pública, como porcentaje del PIB, se incrementará casi cinco puntos en el período, pasando de 12,8% de la economía el 2013 a 17,2% del Producto a fines de la actual década.
Desde la consultora Gemines comparten la visión de que el déficit fiscal se repetirá en 2016 y 2017, lo que ya sería el período más largo con déficit fiscales consecutivos desde 1999-2003, completando también un lapso de cinco años.
La diferencia sería el déficit promedio, que en esa oportunidad fue de 1%, mientras que en el período actual probablemente se ubicará por sobre el 2%, según los pronósticos de la entidad.
Los expertos advierten que la cifra debe ser sujeto de preocupación para la autoridad a futuro, más aún cuando está en análisis una reforma a la Ley de Responsabilidad Fiscal, proyecto a enviarse durante este año.
Sin embargo, ponen paños fríos al señalar que si bien las cifras dan cuenta de una situación macro más complicada a futuro, está lejos de ponerse en entredicho la solvencia del Fisco.
“La situación fiscal en Chile es muy solvente. La deuda es muy baja y hay espacio para soportar déficit efectivo por algunos años. Ni siquiera con 20 años de déficit de esta magnitud nos igualaríamos con el nivel de deuda que tienen algunos países europeos”, señala Cristóbal Gamboni, de BBVA Research.
Punto con el que coincide el economista de Banchile Inversiones, Nathan Pincheira: “Desde el 2013 hemos venido acumulando de manera sistemática déficit fiscales. Si bien el nivel de deuda es bajo, hay que abrir el debate respecto a si la desaceleración es cíclica o estructural y qué efecto tendrá en los parámetros de tendencia que definen el balance estructural”.
¿La consigna? Contener el gasto a futuro
Para los expertos, el menor saldo de las cuentas públicas esperado a futuro pone en entredicho la posibilidad de que se alcance el prometido equilibrio estructural a 2018.
El director ejecutivo y de Estudios Económicos de CorpResearch, Sebastián Cerda, destaca que hay consenso sobre lo “bastante difícil” que será cumplir con la meta del gobierno, dado que los ingresos fiscales no bastarían, convirtiendo el recorte de los gastos en la alternativa más viable para cuadrar los números.
“No creo que haya espaldas políticas para una desaceleración del gasto público tan radical como la que se necesita. Es difícil la dinámica y hay una realidad política que probablemente no va a ayudar”, sostiene.
El economista de BCI Estudios, Antonio Moncado, estima que el Fisco deberá realizar un esfuerzo importante en contener el gasto fiscal en los próximos años para alcanzar la meta al final del gobierno.
“El gasto debería crecer 5% el próximo año y un 4% promedio entre 2017 y 2018 para lograr el déficit 0%. Estimamos que con las condiciones macro a futuro, y un PIB y precio del cobre de tendencia más bajos, el Fisco llegará a 2018 con un déficit estructural de 0,2%”, argumenta.
santander: déficit estructural será de 0,5% a 2018
"La convergencia al balance estructural no se alcanzará en 2018, sino más adelante". Así de tajante es Banco Santander Chile respecto al escenario fiscal hacia adelante.
En un inforrme enviado a sus clientes, el departamento de estudios calcula que el déficit estructural ascenderá a 0,5% del PIB a fines de la actual administración.
Para el actual ejercicio, el banco de capitales españoles anticipa un déficit efectivo de las cuentas públicas equivalente a 2,7% del PIB, mientras que para el próximo año el saldo será incluso mayor, empinándose a un 3% del Producto, "los mayores desde la crisis subprime".
Asimismo, en el escrito anticipan que el gasto público crecerá apenas 4,8% el próximo año.
Para alcanzar el equilibrio estructural en 2018, Santander cree que el gasto publico tendría que crecer no más de 4,1% en 2016 y 1,5% y 2,2% en los dos años siguientes, respectivamente.

