Política

El rearme de Sergio Espejo

El exministro y exdiputado cuenta cómo se ha volcado totalmente al mundo privado, desde la abogacía, las asesorías internacionales y algunos directorios. Sobre la reforma tributaria apoya la actuación de sus excompañeros de partido: “La oposición ha perdido completamente de vista la importancia que tiene el crecimiento económico para la vida de las personas”.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Viernes 12 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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Comenzó a militar en la Democracia Cristiana a los 14 años y tras dejar las filas del partido a fines de 2017, el exministro de Transportes del primer gobierno de Michelle Bachelet, Sergio Espejo Yaksic (52), disfruta su espacio de independencia. Le incomoda hablar de la que fuera su casa política durante casi 35 años, pese a que está de acuerdo con la postura de la bancada, que integró durante el periodo anterior, en materia tributaria: “La decisión de la DC, con todos los costos que pueda tener, va en la dirección correcta”.

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Se declara partidario de la integración, porque “produce una equidad horizontal y aliviana la carga de algunos de los contribuyentes de menores ingresos”. Y en medio de este debate, recuerda que “en el programa de gobierno de la presidenta Bachelet había un sistema tributario integrado. Lo que tenemos surgió de la cocina, pero no de la cocina de Andrés Zaldívar, porque fue una idea que la derecha puso sobre la mesa” y lamenta que la oposición no le haya sacado el partido que debiera a ese hecho.

En su proceso de reinvención, Espejo descarta volver a militar, aunque se reconoce como un “socialdemócrata de inspiración cristiana” ubicado en la centroizquierda.

Desde que dejó la Cámara está totalmente dedicado al mundo privado y está “feliz”. Es socio del estudio Aylwin y Compañía, hace asesorías en materia de telecomunicaciones al regulador en República Dominicana y en materia judicial al presidente de la Corte Suprema de ese país. Y en los próximos meses impartirá un curso en Guatemala. Integra un directorio en el área inmobiliaria y otro en Coanil, este último es el que más lo motiva, comenta, junto con la cátedra de políticas públicas en la FEN.

Aunque disfruta del debate político, ahora lo hace desde distintas trincheras. Participa en Radio La Clave y se reúne con amigos –varios aún militan en partidos de la exConcertación- a arreglar Chile. Así, comparte inquietudes con “personas como Oscar Landerretche, Claudio Agostini, Jorge Navarrete”.

-¿Qué le parece la decisión de la directiva de apoyar al gobierno en la reforma tributaria?

-El gobierno ha actuado con mucha impericia respecto de la reforma tributaria. Ahora bien, al hacer el análisis tenemos que poner sobre la mesa la necesidad de dinamizar la economía, incentivar la inversión, aligerar la carga en las pequeñas y medianas empresas, porque eso es lo que las personas necesitan y esperan. En ese contexto, rechazar la idea de legislar de la reforma tributaria sólo puede ser entendido como obstruccionismo por la ciudadanía, no como una expresión de consistencia política. Entonces, la decisión de la DC, con todos los costos que pueda representarle, va en la dirección correcta.

-¿En qué pie quedan los acuerdos al interior de la oposición?

-La oposición tiene que aprender a administrar sus divergencias y cometería un error enorme si, producto de lo que pasó, pensara que no puede alcanzar acuerdos con la DC; por el contrario, intentar construir una oposición relevante sin la DC sería imposible, un ejercicio de ficción.

-Dentro de la DC hay sectores que creen que con esto Chahin está condenando a la DC al aislamiento y finalmente a la muerte.

-La experiencia de la oposición ha sido de desconcierto y fragmentación, de no encontrar un norte, de creer que su principal objetivo es evitar la existencia de un gobierno de derecha y eso no basta para gobernar. La suerte no está echada para nadie, sería un gran error cerrar con llave la posibilidad de un entendimiento futuro que le haga bien a Chile porque hay una divergencia en un punto específico.

-¿El resto de la oposición no está entendiendo Chile al rechazar la idea de legislar?

-La primera responsabilidad de obtener respaldo para este proyecto recae en el gobierno y sabemos que su performance ha sido muy deficitaria, pero ser oposición consiste también en presentar alternativas y converger en torno a acuerdos que le hagan bien al país.

-¿Converger en la reforma tributaria?

-Reintegrar el sistema tributario, obtener mayores recursos para las regiones -que es parte de la demanda que ha planteado la DC-, fortalecer los controles antielusión que también ha sido parte de la discusión, son cuestiones que le hacen bien a Chile. Al final del día la ciudadanía va a evaluar a cada actor por la forma concreta en que su calidad de vida mejore y en un escenario de incertidumbre económica, de proyecciones negativas, de amenazas externas, negarse a legislar es un error de juicio grave.

-En el actual escenario, ¿cuál es la combinación de factores para el diálogo entre el gobierno y la oposición?

-Un gobierno que no exprese disposición al diálogo de manera intermitente, sino que además lo acompañe con pericia, que ha estado fuera de la mesa. Y una oposición que sea capaz de hacer el ejercicio de concordar mínimos que permitan ese diálogo.

-Eso parece muy fácil pero la realidad muestra que es difícil

-Porque enfrentamos otras dificultades que complejizan eso: la oposición ha perdido completamente de vista la importancia que tiene el crecimiento económico para la vida de las personas.

-¿Y cómo lo ha hecho el empresariado?

-La renovación generacional de las cúpulas gremiales fue un avance y se percibió en los temas que fueron puestos sobre la mesa. No puedo sino destacar la actitud que ha tenido Alfonso Swett a propósito de la discusión de la reforma tributaria, él ha leído de mejor manera a la oposición de lo que lo hizo el gobierno, al entender que una reforma tributaria que permitiera la integración, simplificar, debía al mismo tiempo asegurar mantención de los niveles de recaudación y progresividad. Él leyó mucho mejor que el ministro de Hacienda y que el gobierno a la oposición.

-En ese contexto, ¿cómo evalúa al equipo político?

-Lo evidente es que el equipo político no está siendo capaz de sacar adelante las tareas que le fueron encomendadas, expresadas en las reformas. Y es una duda razonable creer que ellos puedan hacerlo, tiendo a pensar que para avanzar en la relación de diálogo que el mismo Presidente ha planteado requiere renovar al menos parte de su equipo.

-¿Cuál es su evaluación de Piñera?, algunos dicen que está evidentemente mejor que en el primer gobierno.

-El Presidente todavía tiene tiempo para avanzar en la agenda con la que fue electo a pesar de que ese espacio se ha reducido significativamente. Ha logrado mantener una coalición bastante más ordenada de lo que uno pudiera esperar y eso es un elemento a su favor y tiene mérito.

Transantiago:
"Los desarrollos son sobre la misma estructura con que se hizo
la reforma al transporte público más de 10 años atrás"

-¿Qué le parece la reinvención del Transantiago que intenta hacer el gobierno a través de RED?
-Soy usuario habitual del metro y me da mucho gusto ver cómo la red del metro se ha extendido y apreciar en algunos puntos de la ciudad una mejor conexión entre el transporte subterráneo y el de superficie. Ahora, todos esos desarrollos son básicamente sobre la misma estructura con que se hizo la reforma al transporte público de Santiago más de 10 años atrás. Si bien estos avances me parecen positivos me preocupa que discusiones de fondo se hayan venido postergando.
-¿Cómo cuáles?
-Como, por ejemplo, la representada por las nuevas bases de licitación, que eran precisamente el camino para eliminar barreras de entrada al sector y generar un mejor músculo del Estado para gobernarlo.
-¿Ahí está la discusión de fondo?
-Claro, porque en caso contrario o el sistema era correcto en lo fundamental, como yo he creído, -sin perjuicio de todas las correcciones necesarias- o estamos frente a una indolencia o inoperancia manifiesta. Estoy a la expectativa de ver si finalmente vamos a tener una nueva licitación que corrija obstáculos o barreras importantes. Y lo que sí definitivamente extraño, pese a lo que dije al inicio, aunque es compatible, es que una ciudad de las características de Santiago requiere de una autoridad del Transporte.
-¿Crear una autoridad que se enfoque sólo en eso?
-Que es una discusión antiquísima. Cuando era ministro planteé un proyecto de ley sobre una autoridad metropolitana de transporte.
-A la que se le llamó zar del transporte antes de que hubiera nada.
-Porque estaba empezando a transformarse en una cosa individual, pero no hay ninguna ciudad relevante del mundo, que cuente con buenos sistemas de transporte público, donde no exista una autoridad como esa. Ese es el camino para lograr la adecuada integración entre el metro y la superficie que aún está pendiente.
-Después de todas las polémicas que ha generado el Transantiago y con lo que usted dice que aún le falta, así y todo ¿va por buen camino?
-Transantiago ha experimentado un conjunto de mejoras continuas. Metro es parte del sistema Transantiago y las redes de metro que han sido pensadas hace muchos años y cuya construcción toma mucho tiempo, se han ido desarrollando para entregar un mejor sistema de transporte público. El ingreso que hemos visto de nuevos buses, vehículos eléctricos menos contaminantes, es un paso significativo.

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