Economía y Política
Un nuevo IPoM que asume moderación
Jorge Selaive Economista Jefe BBVA
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 2 de julio de 2013 a las 05:00 hrs.
El consumo privado ha seguido el camino de sus determinantes, salario y empleo. Ese ha sido el mensaje que ha utilizado el Banco Central para justificar su incapacidad -y de todos- de anticipar la dinámica y persistencia de dichas variables. Hoy se espera implícitamente una menor estrechez en el mercado laboral, que de darse condicionaría recortes de tasa. El Banco Central indica que la consistencia de su escenario base arrojaría una tasa en línea con las expectativas (4,5% a diciembre). Aquello puede no ocurrir con la velocidad que se asume en este IPoM, toda vez que el mercado inmobiliario permanece apoyando el consumo privado a través de nuevo aumentos de precios, y el crédito a personas retomará fuerza durante el segundo semestre.
Consecuentemente, si bien parece juicioso esperar inyecciones inflacionarias como el próximo paso de la política monetaria, el momento para aquello puede no ser tan contemporáneo como aparenta indicar este IPoM.
Más aun, el Banco Central se ha encargado de convencer al mercado de que el estímulo monetario requerido es moderado, ante un supuesto decaimiento suave del consumo privado. Este supuesto tiene riesgos. Veo con peculiar probabilidad que el consumo privado permanezca con muy moderada desaceleración o alternativamente se recoja de manera muy abrupta. Consecuentemente, el BCCh tendrá que por un lado mantener la TPM en 5% o, por otro, recortarla muy por sobre lo que hoy levanta como su escenario base. La bipolaridad esta en el ADN del chileno, y esperar esa transición suave es más bien el resultado de modelos que convergen hacia el largo plazo que de la realidad idiosincrática del consumidor local. Concretamente, cuando llegue el momento de bajar la tasa, mi visión es que los recortes -punta a punta- serán muy superiores a los plasmados hoy como necesarios en este IPoM.
Cuento aparte pero complementario, el déficit de cuenta corriente (DCC) se proyecta llegando a 4,7% del PIB, muy cerca de niveles cuestionables por inversionistas internacionales, particularmente posterior al retroceso importante en el cobre. Por cada 1 centavo de dólar menos de precio del cobre, el DCC empeora en US$ 60-65 millones. El Banco Central asume una recuperación en las exportaciones que mitiga su estimación de mayor abultamiento del DCC. Sin embargo, la débil demanda externa coloca sesgos bajistas a las exportaciones totales. Junto al relevante dinamismo del gasto presupuestario del Gobierno, creo que los sesgos para el DCC se encuentran sesgados hacia terminar en o sobre 5% del PIB, situación que debería llevar a sustantiva cautela en rebajas de la TPM.