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Cristián Barros: “Necesitamos redefinir el rol de los abogados”

El socio de la firma de abogados emplaza a las universidades a mejorar la formación académica de los profesionales del Derecho.

Por: Paula Vargas | Publicado: Lunes 30 de julio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Tal vez muchos no sepan que Barros & Errázuriz, un estudio de más de 200 personas (130 de ellos abogados), partió con solo tres abogados y un procurador. Su recién nombrado socio administrador, Cristián Barros lo tiene muy presente y a 30 años de aquel momento, hace una pausa para delinear los desafíos de la oficina y de la profesión.

No es la primera vez que asume la administración del estudio, ya lo hizo como coadministrador junto a Pablo Guerrero, hasta que en 2016 tomó las riendas Gonzalo Molina, el mismo que decidió hace unos meses cambiar de giro y asumir roles de asesorías, pero en este tiempo mucha agua ha corrido.

-¿Qué ha cambiado desde que dejaste la administración en 2016?

-Hay algo que es un fenómeno que se ha dado desde hace varios años en Chile y es el proceso de institucionalización de los estudios de abogados. En el nuestro, los fundadores están todavía activos, pero si quieres pasar a la próxima generación tienes que tener un estudio institucionalizado para que los jóvenes tengan claro que pueden llegar a ser socios y sepan qué necesitan para ello...Hoy puedo decir que eso es un estándar de los estudios grandes en Chile.

-¿Por qué mantener la figura del socio administrador?

-Es súper importante porque quién conoce más del negocio de los estudios que nosotros mismos...

-¿De qué manera enfrentan los cambios en la configuración de la industria legal en los últimos años?

-El proceso de globalización de los servicios legales se ha ido acentuando en los últimos años en Chile y no sabemos en qué va a desembocar, y como estudio tenemos que estar preparados para ese proceso. El mercado chileno es un mercado donde las grandes oficinas legales están bastante consolidadas, tienen redes de contacto y una vocación internacional importante y en ese sentido estamos tranquilos de que tenemos las herramientas para competir.

-¿En qué se traduce esta vocación internacional?

-Participamos en una alianza que se llama Affinitas, donde somos 4 estudios de Colombia, México, Perú y Chile y hemos estado por más de 14 años. Esta relación nos ha permitido que cuando yo mando un cliente sé que lo van a atender con la misma calidad profesional, lo que es clave.

Este modelo nos permite estar integrados en la práctica. Cuando queremos operar como un solo estudio operamos como uno solo, un solo interlocutor, hasta una misma factura, entonces para el cliente es un mismo estudio y tenemos ese nivel de integración.

-En ese sentido, ¿Cuál es la definición de largo plazo de Barros & Errázuriz? ¿Se mantendrán independientes?

-Lo que hemos definido es fortalecer la integración pero sin ir a una fusión. Hoy creemos que disfrutamos de lo mejor de estar integrados de cara al cliente pero sin los traumas de la fusión total.

Nosotros no somos amigos de la fusión por la fusión pero después de analizarlo en detalle, queremos crecer como alianza incorporando otros países, vamos a privilegiar estudios que tengan la misma cultura nuestra y con la misa calidad de servicio. Argentina y Centroamérica deberían ser nuestros próximos pasos.

-Más allá de la competencia ¿Cuáles dirías son los mayores desafíos de la profesión legal?

-Quizá el mayor desafío es que necesitamos redefinir el rol de los abogados, porque hace 30 años el abogado era un generalista, manejaba algunos conceptos, ciertas áreas del Derecho, pero ahora conceptos como la Inteligencia Artificial (IA), el data mining o big data va a llevar a que todos los profesionales, no solo los abogados, tengan acceso a una gran cantidad de información...entonces la diferencia no va a estar necesariamente en el conocimiento duro o específico.

-Entonces, ¿Cuál va a ser la clave del éxito?

-El profesional exitoso va a ser el que maneja bien los conceptos generales para poder interactuar, pero también vamos a necesitar abogados más empáticos, que logren relacionarse con el cliente, captar sus necesidades y agregar valor a la relación, tal vez me digas que eso siempre ha sido así, pero hacia adelante va a ser mucho más...

En esta carrera vamos a tener que reeducar a nuestros abogados porque las escuelas de Derecho, salvo algunas honrosas excepciones, no los están formando para eso, no les están enseñando a pensar.

-¿Qué deberían hacer?

-Las escuelas de Derecho tienen un desafío de redefinir su manera de educar a los profesionales del futuro y hoy con cambio tecnológico de por medio, aún más.

-Teniendo claro que hay que redefinir el rol del abogado, ¿Cómo hacen los estudios si ese rol no lo está llevando la academia?

-Primero, los estudios tenemos un desafíos de trabajar en conjunto con las escuelas de Derecho, hoy hay muchos socios que son profesores, pero la gran mayoría de la estructura de educación del Derecho se basa en la clase magistral, donde el profesor se para adelante, dicta cátedra y pasa el contenido. Los menos, son los casos en que les enseñan pensamiento analítico.

Luego, los estudios tenemos una responsabilidad de trabajar con las escuelas de Derecho no solo haciendo clases, sino apoyando en lo que necesiten, comunicando los nuevos requerimientos profesionales.

-¿Cuáles son las mayores falencias de los abogados jóvenes?

-La capacidad analítica, tener una visión un poco más allá de la solución inmediata de la clausula del contrato, eso es algo que se aprende, tienes que acostumbrar a tu gente joven a ir más allá. Porque eso es creatividad. Esto puede parecer muy obvio pero es súper difícil y nosotros hemos logrado en estos 30 años, también no dejamos espacio para las estrellitas... es importante que la gente trabaje en un ambiente de lealtad, de compañerismo y de apoyo mutuo.

-¿Cómo lo logran en una profesión individualista y llena de egos?

-No es fácil. El individualismo va en contra de la cultura de trabajo en equipo y, en el largo plazo, más que la estrellita o el gran abogado que individualmente es muy capaz, va a prevalecer el trabajo en equipo porque si no las oficinas tienden a ser guetos.

Nosotros, por ejemplo, hacemos varias evaluaciones al año y en esa pauta, la facturación y las horas de trabajo son igualmente importantes que las habilidades blandas y ese mensaje se transmite desde el día uno.

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